Los indígenas protegen los bosques en Centroamérica, afirmó hoy el director de Desarrollo Sostenible de la Fundación Ford, David Kaimowitz.
“Cada vez el mundo se da cuenta que los bosques no son un asunto de monos y mariposas, que son claves para nuestro clima y nuestra agua, que no son un lujo, sino una primera necesidad”, precisó el científico.
Kaimowitz, quien trabaja con la Fundación Ford para México y Centroamérica desde 1962, se encuentra en Honduras para participar en el VIII Congreso Forestal Centroamericano que a partir del próximo miércoles se realizará en la norteña ciudad de San Pedro Sula.
El tema del encuentro que concluye el sábado será “Gestión de Bosques Nativos y Plantaciones Forestales, una opción de desarrollo sostenible frene al cambio climático”, con la participación de organizaciones locales e internacionales.
El experto advirtió que la destrucción de los bosques es la mayor causa del cambio climático, generado porque varios países demandan cada vez más carne, aceite vegetal, madera, minerales y energía.
“Para responder a esa demanda las grandes empresas multinacionales buscan nuevos lugares donde criar ganado, plantar palma y sacar minerales y petróleo y eso lleva a la destrucción de muchos bosques”, refirió.
Señaló que los países más afectados por la destrucción de los bosques son aquellos que tienen gobiernos débiles y donde sus dueños no tienen ni la voluntad, ni capacidad de protegerlos.
“En Centroamérica han sido los pueblos indígenas y grupos de manejo forestal comunitario quienes han conservado más los bosques húmedos y los pinares, si uno mira el mapa forestal de la región, ve que los únicos bosques que quedan son los que han sido protegidos por estos grupos”, anotó.
Señaló que las zonas de mayor deforestación en el istmo es donde se expande la ganadería y la palma africana en la costa atlántica de Honduras y Nicaragua, así como el Petén en Guatemala.
“La mosquitia hondureña y la costa Caribe nicaragüense tienen el área de bosque húmedo más grande e importante que queda en Centroamérica”, señaló el ejecutivo de la Fundación Ford.
“Lo más importante es titular los territorios indígenas y ayudarles a defender sus zonas y sus bosques”, recomendó Kaimowitz.
En el caso de Honduras en la mosquitia (departamento de Gracias a Dios) se encuentra la Biosfera del Río Plátano, declarada patrimonio de la humanidad por la UNESCO y la más importante que tiene Centroamérica.
“América Latina tiene más bosques tropicales que cualquier región del mundo, eso hace que los bosques de América Latina sean muy importantes para el cambio climático mundial”, puntualizó.
Explicó que en el caso de Brasil, donde al reconocer los derechos de los pueblos indígenas y las comunidades forestales para manejar los bosques, mejoraron el control de la deforestación y la tala ilegal y en los últimos nueve años han logrado reducir en un 70 por ciento la destrucción de la Amazonia.
Mientras en México, se ha reducido mucho la destrucción de los bosques, porque al ser las comunidades dueñas de ellos, los manejan de manera sostenible, comentó.
Fuente: Tegucigalpa, 23 Sep (Notimex).