El mal de Alzheimer es una enfermedad que merma las funciones cerebrales al grado de provocar la muerte. Los especialistas la declaran como demencia pues disminuye las capacidades para desarrollar los procesos mentales donde las neuronas ven interrumpida su conexión y los mensajes entre estas no ocurren.

Recientemente, investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) de las facultades de Medicina y Química desarrollaron una prueba para detectar Alzheimer en etapa temprana, ya que el padecimiento en sí es degenerativo, progresivo e irreversible pues deteriora la memoria, el pensamiento y conducta.

La prueba consiste en distintas fases del reconocimiento de olores –pues al iniciarse la enfermedad se pierde la capacidad olfatoria-, tras analizarlos, se entrega un resultado personalizado y de ser necesario se canaliza a las dependencias de salud para recibir la atención correspondiente.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el mundo hay casi 20 millones de enfermos del mal de Alzheimer, padecimiento que regularmente se presenta en gente mayor a 65 años, aunque los primeros síntomas se experimentan entre los 40 y 50 años. Actualmente, en México hay cerca de 500 mil personas afectadas.

En nuestro país, hoy se cuentan cerca de seis millones y medio de personas de 65 años en adelante. La cifra se complica cuando se calcula que para 2030, México tendrá en números absolutos un incremento de 300% en su población mayor de 65 años y por lo que uno de cada cuatro mexicanos será susceptible a diagnosticársele la enfermedad.

El origen del Alzheimer aún se desconoce, pero se considera que uno de los factores detonantes es la depresión, ya que se ha observado que alto porcentaje inicia por una baja de ánimo causada por la pérdida de un ser querido, falta de sentido por la vida, trabajo, bienes materiales o cualquier fuerte apego para el enfermo.

Según la OMS, a nivel mundial cada siete segundos se diagnóstica a una paciente con Alzheimer; aún así no se tiene un número confirmado de pacientes con esta enfermedad. Quienes la padecen se estima que pueden vivir con la enfermedad desde cinco a 20 años de acuerdo a la calidad de vida que mantengan y atención médica. Muchos de los pacientes, no mueren a causa del padecimiento si no por otras causas como embolias, infartos, entre otras.

Fuente: El punto crítico