Por Mariela Gómez M.

La lucha libre es el deporte y el espectáculo donde lo mexicano puede expresarse.  En las “batallas” a las que los luchadores se enfrentan día a día crean y recrean un deporte  con sus técnicas, acrobacias, reglas y folclore. Y donde el público es parte fundamental para que el escenario esté completo.

Por primera vez, el deporte de la lucha libre se introdujo en México durante la Intervención Francesa en 1863. Sin embargo, llegó a la capital en 1910. Salvador Lutteroth  se integró con Francisco Ahumada para fundar la primera empresa de lucha libre en México. El mejor lugar para el espectáculo fue la entonces Arena México, después se emprendió la tarea de construir la Arena Coliseo en 1943.

La lucha libre es motivo de orgullo, motivación e inspiración para numerosos artistas plásticos, fotógrafos y escritores. Ha sido parte de las revistas deportivas, la televisión, el cine y las fotonovelas. Sus protagonistas se han convertido en héroes icónicos de la lucha constante entre el bien y el mal. El héroe por excelencia era El Santo, el gladiador más famoso de América Latina; en los años 60 y 70, el luchador-actor se veía involucrado en críticas batallas entre las fuerzas del bien y del mal.

El uso de las máscaras nos remite a la cultura prehispánica y ha evolucionado hasta convertirse en un elemento necesario que implica divinidad y sacrificio. Los luchadores tienen un nombre de batalla y portan una máscara. La máscara encarna un aspecto del héroe, cubre el rostro humano y mortal. Perder la máscara o la cabellera es parte del ritual de sacrificio.

Tanto el público como los luchadores se han ido identificando, según su estilo de lucha y personalidad, en dos bandos: rudos y técnicos. Los rudos, generalmente, asumen el papel de villanos y usan técnicas ilegales, mientras que los técnicos se apegan a las reglas.

En la sociedad actual, donde lamentablemente acechan la impunidad, la violencia y la corrupción, está el hecho de que el lado oscuro ofrece poder inmediato, invencible y perenne. Los villanos se han vuelto los nuevos “héroes”. Y ante esta realidad, el pueblo mexicano puede asistir a una liberación catártica, ya sea  identificándose con los que representan el lado oscuro: los rudos o con aquellos que representan el bien “los técnicos”.

Se conmemoran 80 años del Consejo Mundial de Lucha Libre con la exposición fotográfica: Arena México: 80 Años de lucha continua. Puedes verla en las Galerías Abiertas de las Rejas de Chapultepec.

 Fuentes:

http://www.victormlopez.com/attachments/MEXICAN_WRESTLING_ESPANOL.pdf

http://www.cultura.df.gob.mx