Los dolores lumbares, además de ser uno de los problemas de salud más comunes en estos tiempos, se han convertido en la segunda causa de baja laboral, después de los traumatismos. Tanto así que entre el 80% y el 90% de las personas sufrirá dolores de espalda a lo largo de su vida.
Las causas más frecuentes de dolores de espalda vienen derivadas de malas posturas, estrés o posiciones mantenidas durante mucho tiempo. Esto ocurre en personas que pasan todo el día de pie o sentadas.
Y es que con estas posturas se mantienen distintos músculos en tensión constante: los trapecios en la gente que trabaja en la computadora o los espinales en la gente que trabaja de pie. Además, estas posturas aumentan mucho la presión sobre los discos vertebrales pudiendo provocar a medio-largo plazo un desgaste de estas estructuras favoreciendo la aparición de hernias. Si a esto le sumamos una falta de tono muscular en la musculatura de la espalda, puesto que poca gente hace deporte para fortalecerla, la cosa se complica aún más.
Por todos estos motivos, los dolores de espalda nos preocupan, y mucho. Toma nota de cinco útiles consejos para intentar prevenirlos.
1. Dormir boca arriba o de lado
Las personas pasan de 6 a 8 horas al día acostadas. Es el tiempo durante el cual la columna descansa sin soportar el peso del cuerpo y es importante cuidar la postura que se adopta. Los expertos apuntan que la postura ideal es boca arriba o en posición fetal (acostado de lado sobre un costado con las rodillas y caderas flexionadas y con la cabeza y el cuello alineados con el resto de la columna). Si hay una molestia aguda o lesión lumbar, se debe adoptar la postura boca arriba y con una almohada debajo de las rodillas flexionadas.
Dormir boca abajo no es recomendable, salvo en caso de indicación médica. Modificar la curvatura normal de la columna lumbar y obligar al cuello a permanecer girado hacia uno de los dos lados puede ser muy perjudicial para nuestra columna.
2. Abdominales en forma
Hacer ejercicio ayuda a desarrollar el tono muscular y es la mejor prevención para evitar dolor de espalda o molestias en el cuerpo. Algunos ejercicios especialmente recomendables son el Pilates, el yoga y la natación. También los paseos diarios de 30 a 60 minutos a paso ligero, usar unos buenos tenis y hacer abdominales durante 5 minutos al día: en pocos días se nota la estabilidad en el cuerpo entero y a continuación un alivio de las molestias.
3. Un buen colchón y una buena almohada
El colchón y la almohada son factores clave en la salud de la espalda y deben permitir una buena adaptación a las curvas naturales de la columna. Al comprar una nueva almohada, una persona puede tardar entre uno y 14 días en adaptarse. Un colchón suave y flexible se adapta con más facilidad y mejorará los contornos del cuerpo, lo cual es bueno para el sueño, también hace que la sangre circule mejor y que sea más difícil adoptar una posición incómoda.
4. Stop estrés
El nivel de estrés influye mucho en el estado de ánimo de una persona, pero también en la salud de su espalda. El 69% de los pacientes que padecen depresión comunican síntomas como dolor de espalda, mareos o malestar gástrico.
5. Vigilar las posturas diarias
Las causas más comunes de los problemas lumbares nacen en el entorno laboral. Por un lado, hay trabajos que requieren un sobreesfuerzo físico y movimientos repetitivos (todo el día de pie) y otros que se llevan a cabo en entornos de oficina (todo el día sentado). En las oficinas, el motivo principal de los dolores de espalda es la forma inadecuada de sentarse. La mayoría de la gente se acomoda en el borde de la silla. En el caso de las mujeres, los tacones pueden provocar molestias de espalda. Al llevarlos, el eje de gravedad postural se desplaza hacia delante y los discos lumbares quedan forzados y a veces dañados.
Para aquellas personas que pasen muchas horas sentadas es recomendable tener una silla de oficina que permita ajustar el asiento, el respaldo y también la altura de los reposabrazos. Es importante intentar situar la pantalla del ordenador justo en frente del cuerpo, los brazos deben formar un ángulo de 90º, manteniendo el antebrazo y mano en línea recta. Se debe procurar apoyar los antebrazos a la hora de escribir, así se evitarán sobrecargas sobre la musculatura que va del hombro al cuello.