Supongamos que conoces a un chico o chica en una fiesta. Se la están pasando bien, el ambiente está relajado y después de una charla (o unos besos) deciden moverse a un lugar “más cómodo”. ¿Cómo saber si tu ligue de ese día es portador de alguna enfermedad de transmisión sexual? El mero hecho de pensarlo es todo un turn-off, pero en estos días hay quien no confía solamente en preguntar al otro si trae condones. Es el caso de Ramin Bastani, fundador y director de Hula, una app que te ayuda a llevar registro de tus chequeos médicos de ETS.
La fundación de Hula coincidió con una historia muy parecida a la anterior: Bastani conoció a una chica en un bar, y cuando la llevó a su casa, ella le preguntó si tenía alguna ETS. No importa qué respondiera Bastani, pues la chica terminó yéndose. Pero esto dejó pensando a Bastani: ¿cómo “probarle” a tus posibles compañeros sexuales que estás “limpio”? ¿No sería demasiada paranoia?
Bastani es más un nerd que un don Juan, pero al igual que todos los demás, no tiene forma de saber que un posible compañero sexual está libre de enfermedades de transmisión sexual. Los laboratorios de estudios clínicos no hacen que saberlo sea mucho más fácil. Bastani recuerda el caso de un chico que supo que tenía clamidia seis meses después de hacerse la prueba. Con una mínima inversión y una buena idea, Bastani trató de cambiar esta situación.
Hula funciona de la siguiente manera: gracias a que los laboratorios médicos cambiaron sus políticas en 2010 para permitir que los pacientes recibieran sus resultados electrónicamente (a través de un móvil o vía email), la app solicita los documentos en nombre de los pacientes dentro de los 15 días posteriores a hacerse los estudios. Los documentos están cifrados, para que al recibirlos, los pacientes puedan compartirlos con alguien más, y comprobar así que no tienen cierta enfermedad.
Lo curioso es que Bastani considera esto como una especie de “flirteo” infantil: “Me muestras lo tuyo, te muestro lo mío”.
Mientras que nunca se puede ser suficientemente cuidadoso en lo tocante a las relaciones sexuales, de pronto estas apps parecen un poco demasiado imbuidas de un mecanismo de control y veracidad: una vigilancia de lo biológico a un grado paranoico. Pero lo dicho permanece: nuestros trámites, incluida la salud, se están moviendo hacia las pantallas de nuestros teléfonos en una tendencia que no parece que vaya a detenerse pronto.
Fuente: (Avant Sex)