Con el esfuerzo intenso de muchos años por matar, por violar, por abusar. Con décadas de corrupción, de llevar a la gente de las comunidades rurales y de muchas ciudades del país a su máxima pobreza, al no tener educación, ni casa, ni que comer, al entregarlos a su propia suerte en las manos de los narcos de quienes muchos gobernantes son socios.
Después de años de máxima inseguridad, de sangre, de abusos, finalmente ante la hipócrita sorpresa del gobierno y el poco interés de los que no sufren, estamos viendo lo inevitable, la detonación de la guerra en nuestro país. Solo basta con quitarle a la gente todo o casi todo para tomar las armas. Cuando el pueblo ya no tiene nada que perder, pues ya perdió casa, hijos, hijas, esposa, negocio y tierras, entonces, cuando la vida es lo único que queda, la gente está dispuesta a actuar, a decir basta, a pelear. Un país con 80 millones de pobres, con diputados y senadores inútiles, con presidentes ajenos a la realidad, con politiquillos corruptos coludidos con la mafia, es, nos guste o no, un caldo de cultivo para una revuelta social, para una guerra civil, para una revolución.
Era solo cuestión de tiempo y el tiempo ya llegó. Las autodefensas que han nacido en Michoacán para combatir narcos, no son de gratis y están por todas partes y en otros estados. Para que las mujeres de las comunidades pidan que sus hombres tomen las armas y se enfrenten a los profesionales del crimen arriesgando la vida, es que el grado de desesperación es total. ¡Todo esto, resultado de políticos corruptos, Sr. Presidente, Sr. Gobernador! Ayer el ejército mexicano en la comunidad de Antúnez en el estado de Michoacán, desarmó a los grupos de autodefensa, quienes pedían sus armas de regreso de manera pacífica para poder seguirse defendiendo de la mafia. El resultado fue una ráfaga de balas a los civiles, resultando varios de ellos muertos incluyendo a una niña de 11 años. El ejército en lugar de acabar con los narcos, con los caballeros templarios, mata y desarma civiles quienes están haciendo el trabajo que las autoridades no han hecho en los últimos 50 años, por no decir 200. ¿Por qué lo hacen? Es obvio, están los políticos involucrados con la mafia. Michoacán es el comienzo de otras entidades de la república: Guerrero, Puebla, Chiapas, Hidalgo y bueno, sin duda algo así como otras 30.
Todas y cada una de estas entidades, llenas de hambre, de políticos corruptos, de abusos, de pobreza, de desolación. Solo faltaba el encendido de una mecha digna y obvia, pues aunque muchos lo duden, si hay líderes en el país y hay muchos, en cada pueblo, en cada estado, en cada comunidad. Solo era cuestión de tiempo y el momento ya llegó, a los que conozcan un poco de la historia de este país, recuerden como iniciaron la independencia y la revolución, con abusos, con autoridades corruptas que defendían lo indefendible, con hambre, con explotación, con comunidades pobres hartas y cansadas. Esperemos que la guerra abierta que ya comenzó no sea tan sangrienta y tan larga como aquellas, que esta revolución, que esta guerra civil si haga consciencia de los políticos corruptos o que los maten a todos, que se terminen los abusos, el hambre, el cansancio social. Como bien dicen los líderes comunitarios, “Cuando el pueblo se enardece, cuando el pueblo se cansa, es simplemente imparable”, y ya se cansó. ¿Escucharan Sr. Presidente, Sres. Gobernadores? O enviaran más tropas a matar civiles que están defendiendo su derecho a la vida y a la libertad. Seguramente no escucharán, nunca lo han hecho, no tienen por qué hacerlo.
Y yo, me pregunto. ¿Estoy y estaré listo a tomar las armas es su momento? O tendré como ellos que esperar a que me quiten todo, a que violen a mis hijos, a qué me extorsionen aún más, a que abusen al máximo? Sin duda, es ya cuestión de poco, de muy poco tiempo. Contener a 80 millones de pobres, a millones de hambrientos, a miles de mujeres violadas, a millones de campesinos y microempresarios pagando cuotas, a millones de gentes sin preparación, se podría hacer si todos levantáramos la voz, en redes sociales, en los medios, si de verdad escribimos y nos comunicamos, pero rápido, necesitamos que el amor a México salga al quite, las redes sociales y la comunicación masiva pueden todavía hacer la diferencia, sino, se esparcirá la guerra en el país rápidamente, es cuestión de tiempo.
Para reflexionar
Alfonso del Valle Azcué