Hay un momento en el día que “algo” en el cuerpo indica que es hora de ir a la cama. Lo que no se sabía era qué.
Ahora, científicos del Centro para el Comportamiento y Circuitos Neuronales de la Universidad de Oxford descubrieron ese interruptor. Se trata de un gen que regula la actividad de un puñado de células nerviosas, o neuronas, que promueven el sueño en el cerebro.
“Cuando estás cansado, estas neuronas en el cerebro se activan y te mandan a dormir”, explica el profesor Gero Miesenböck, jefe del laboratorio donde se hizo el estudio con moscas de frutas.
“Descubrimos un gen que si lo mutas, produce la pérdida de sueño”, cuenta por su parte el doctor Jeffrey Donlea, uno de los autores de la investigación.
Si bien estamos hablando de moscas, o drosophila, el experto aclara que el trabajo es relevante para los humanos, pues las personas tienen una versión de este gen regulador.
“Existen neuronas que también están eléctricamente activas durante el sueño de las personas y, como en las células de las moscas, son el blanco de la anestesia general que nos pone a dormir”.
“Lo interesante sobre esta mutación es que pudimos tomar el gen y colocarlo de vuelta, y las moscas volvieron a la normalidad”, continúa Donlea.
Al identificar el gen, los expertos explican que -en principio- se puede manipular para regular el sueño y así tratar a las personas que sufren de trastorno de sueño.
Sistemas sincronizados
El trabajo en las moscas de fruta, publicado en la revista especializada Neuron, reveló uno de los muchos misterios que todavía quedan por descubrir sobre el sueño y su importancia.
El cuerpo utiliza dos mecanismos para regular el sueño. Uno es el reloj del cuerpo, o ritmo circadiano, que armoniza a humanos y animales con el ciclo del día y la noche de 24 horas; y el otro es una especie de “homeostato” en el cerebro que lleva una registro de las horas en que la persona está despierta y la pone a dormir cuando hay que descansar.
Cuando este mecanismo no funciona, empiezan los trastornos de sueño.
“Virtualmente no sabíamos nada sobre su funcionamiento (del homeostato)”, dice Miesenböck. “Ahora sabemos cuáles son esas células en las moscas y sabemos que hay una molécula clave, que si se daña no funciona el homeostato”.
“También sabemos cómo los cambios en el homeostato afectan el que te sientas cansado o fresco”, agrega.
Desvelo
En el día a día se puede experimentar la influencia de estos dos sistemas confrontados que regulan el sueño: el reloj circadiano y el homeostato, que normalmente están sincronizados.
“El homeostato del sueño es similar al termostato de un hogar. Mide la temperatura y enciende la calefacción se hace mucho frío. En las moscas, mide cuánto tiempo una mosca ha estado despierta y si es necesario, enciende un pequeño grupo de células especializadas en el cerebro” – Gero Miesenböck, Universidad de Oxford
Cuando el reloj dice en la noche que hay que dormir, y has estado despierto todo el día, el homeostato también dice ‘ve a dormir’.
Pero Miesenböck explica que hay circunstancias en las que puede haber una desincronización de los dos sistemas. “Y notas que hay algo que no está bien”.
Una de esas instancias es cuando la persona permanece despierta toda la noche, ya sea por trabajo o por algún evento social. Otro es el que se produce con el jetlag.
“El homeostato del sueño es similar al termostato de un hogar. Mide la temperatura y enciende la calefacción se hace mucho frío. En las moscas, mide cuánto tiempo una mosca ha estado despierta y si es necesario, enciende un pequeño grupo de células especializadas en el cerebro”, afirma Miesenböck.
En el estudio, los expertos descubrieron moscas mutantes que no podían recuperarse de la falta de sueño, tras haber estado despiertas toda la noche.
Esas moscas también tuvieron severos problemas de aprendizaje y deficiencia de la memoria. La pérdida de sueño en humanos también puede originar problemas parecidos.