Interesado por la mezcla de lo mundano con lo extraordinario, el fotógrafo Henry Hargreaves capturó qué tipo de solicitudes habían hecho algunos condenados a pena de muerte en Texas para cenar por última vez antes de ser ejecutados.
A él le atrajo ese “momento antinatural patrocinado por el estado de la muerte (Texas)” el cual para su visión como extranjero se trataba de un momento con poca civilidad y que parecía de una época nada actual. “Te vamos a matar pero ¿qué te gustaría comer?”
Motivado por la idea de representar visualmente sus investigaciones realizó la siguiente serie fotográfica titulada No seconds (No segundos). Mira qué pidieron los que no podían volver a pedir nada más:
1. Ronnie Threadgrill – inyección letal: Pollo con guarnición de puré de papas y vegetales, té, agua, ponche, pan
(Texas abolió la “última cena” en 2011, así que comió lo mismo que los otros internos).
2. Stephen Anderson – inyección letal: 2 tostados de queso, queso cottage, rabanitos, puré y granos de maiz, helado de galletas de chocolate, pastel de durazno
3. Victor Ferguer – inyección letal: una aceituna con hueso
4. Ricky Ray Rector – inyección letal: bife, pollo frito, Kool-aid de cereza, pastel de nuez
(No comió la porción de pastel, dijo que lo estaba “guardando para más tarde”).
5 John Wayne Gacy – inyección letal: una docena de camarones fritos, una cubeta de pollo de KFC, papas fritas, medio kilo de fresas
6 Ferdinando Sacco y Bartolomeo Vanzetti – silla eléctrica: sopa, carne, pan tostado, té
(Años después de su muerte, un gobernador los absolvió del crimen por el que fueron imputados. El caso sigue abierto).