Whatsapp, e-mail, smartphones, tablets, portátiles… tantas formas fáciles y económicas de trabajar y comunicarse tenían que tener algo malo. Te damos soluciones fáciles para evitar las consecuencias de vivir pegadaa a la tecnología.
1. Desayuna sin dispositivos. Tómate un momento antes de conectarte, sobre todo cuando se avecina un día duro de trabajo. Recibir un bombardeo de información de buena mañana te pondrá en tensión antes de tiempo y ya decían las madres que el desayuno es la comida más importante del día, no te lo saltes por un e-mail.
2. Erguida ganas en belleza y en salud. Si te fijas, desde que te sientas delante del ordenador hasta que te vas, has pasado de estar estirada a totalmente encorvada sobre la pantalla. Aprender a estar erguida evitará dolores de espalda y te dará centímetros y un aire de “aquí estoy yo”.
3. Date un respiro. Trabajar sentada frente a la pantalla afecta a la circulación de las piernas y cansa la vista. Cada 55 minutos descasa 5, pasea para estirar el cuerpo y fija la vista en colores suaves que relajan ojos y mente.
4. Cuidado con los dedos. Tantas horas al teclado hacen que los dedos se resientan. Los fisioterapeutas recomiendan no hacer crujir nunca los nudillos, puede ser un gran alivio pero se fuerzan y desgastan las articulaciones. Si lo necesitas, lleva los dedos hacia atrás, es menos agresivo.
5. Vuelve en modo offline. Si utilizas Whatsapp para comunicarte en el trabajo, busca otra manera de comunicarte en tu vida personal. Busca otra app (Line, Telegram…), recurre a las llamadas telefónicas o envía mensajes de texto. Pero mantén separados esos dos aspectos de tu vida.
El caso es el (ab)uso de la tecnología no sólo resiente tu cuerpo sino también tu mente, que no deja de funcionar. Es oír el sonido del móvil y salta una alerta en tu cuerpo que te impulsa a levantarte a por el smartphone. Sabemos que apagar los dispositivos fuera del trabajo es casi imposible, pero relajarse tan sólo es cuestión de dejar de estar en línea, al menos durante unas horas.