Por resolución de la Asamblea General de la ONU, cada 20 de marzo se decretó la celebración del Día Internacional de la Felicidad para reconocer la relevancia del el bienestar como aspiración universal de los seres humanos y la importancia de su inclusión en las políticas de Gobierno.
1. No evita los problemas
Evitar los problemas nunca ayuda a solucionarlos. A veces es difícil mantenerse firme y mirar a la cara los problemas, pero hacerlo te hará pensar en una solución rápida y sobre todo a no arrastrar la preocupación allá donde vayas. Una vez que encuentres la solución efectiva eras desaparecer el problema en el aire. Piensa en ello, cuanto antes, mejor.
2. No se preocupa de la opinión de los demás
Hacer las cosas libremente, sin preocuparte por el que dirán te hace ser más libre. En cambio, intentar todo el tiempo compararte con los otros, solo servirá para hacerte sentir desgraciado. Lo más fácil es pensar y hacer las cosas a tu manera, siempre intentando escoger aquello que te haga feliz. Necesitas escucharte a ti mismo y ser lo que quieres ser. Así estarás en paz contigo mismo.
3. No permite que otras personas se conviertan en el centro de su felicidad
Seguramente conocerás a mucha gente que no necesita permiso para ser feliz. Su felicidad depende de ellos y de sus elecciones. Han conseguido liberarse de la opinión de los demás. Estas personas creen que ellas son responsables de su felicidad e incluso cuando las circunstancias no son perfectas, ellas siempre buscan al lado bueno de las cosas.
4. Evita reunirse con gente negativa
Es importante no frecuentar ambientes negativos, pero a veces no es tan fácil evitarlo. A veces, la negatividad está en el ambiente laboral o familiar, y no es tan fácil escapar. Sin embargo, hay algunas cosas que podrás cambiar para que los ambientes negativos te afecten menos. Quizás llevar una foto que te guste a tu mesa de trabajo o ponerte de salva pantalla la foto de aquel maravilloso viaje que hiciste en verano. Aunque parezca una simpleza, te ayudará a mantener el pensamiento apartado de los malos rollos, al menos por momentos. La otra formula es sonreír, al parecer una sonrisa suele desarmar a los malintencionados. Así que sonríe sin motivo. Ya lo tendrás.
5. Olvida y perdona
Las personas felices han decidido no vivir con resentimientos. Cualquiera puede resultar herido en alguna ocasión, pero hay que saber olvidar y perdonar para ser feliz. De ti depende que el pasado no te afecte más de la cuenta. Olvidar y perdona te hará sentir sorprendentemente liberada y mirar al futuro con mejor disposición de ánimo.
6. No se toma las cosas personalmente
No piensa que hay una conspiración global contra ella, así que acepta que hay cosas que pasan, pero que no están diseñadas para atacarla. No se siente criticada ni blanco de ninguna guerra. Escucha lo que la gente le dice, pero no se lo toma personalmente, lo cual le permite discernir y sacar algo bueno (en caso de que lo haya) de lo que se le ha indicado.
7. No quiere venganza
La gente que es feliz no intenta vengarse de los otros, sabe que eso no la hará feliz. Mejor usar esa energía para olvidar y seguir adelante. Puedes sentirte profundamente herido, pero no debes estropear tu futuro con la culpa de una venganza, que además te mantendrá vinculado que un suceso o una persona que lo más saludable es sacar de tu vida cuanto antes. La venganza te dará una satisfacción momentánea, pero a largo plazo no te ayudará a seguir adelante y a ser feliz que es de lo que se trata.
8. Da siempre lo mejor de sí
En su libro, el Doctor Miguel Ruiz aconseja: “Bajo cualquier circunstancia, haz siempre lo máximo que puedas, ni más ni menos”. “Si intentas esforzarte demasiado para hacer más de lo que puedes, gastarás más energía de la necesaria y al final tu rendimiento no será suficiente. Cuando te excedes, agotas tu cuerpo y vas contra ti y por consiguiente te resulta más difícil alcanzar tus objetivos. Por otro lado, si haces menos de lo que puedes hacer, te sometes a ti mismo a frustraciones, juicios, culpas y reproches”.
“Pero, piensa que eso va a variar de un momento a otro. Todas las cosas están vivas y cambian continuamente, de modo que, en ocasiones, lo máximo que podrás hacer tendrá una gran calidad y en otras ocasiones no será tan bueno”. “No importa si estás enfermo o cansado, si siempre haces lo máximo que puedas, no te juzgarás a ti mismo en modo alguno”.
Con información de Mujer Hoy y Miguel Ruiz