Una investigación de la International Journal of obesity señala que una dieta alta en grasa puede influir en las opciones de bajar de peso en una persona con obesidad. El científico Stephen Kentish de la Universidad de Adelaida que estuvo a cargo del estudio, manifestó que con cada alimento graso que comes estás perjudicando la manera en la que tu cuerpo percibe la sensación de saciedad.
Así, es más difícil que una persona mantenga la dieta, debido que al consumir alimentos grasos tu estómago se agranda, y al comenzar la dieta tu cuerpo te pide más. Los nervios del estómago que se encargan de enviar las señales de saciedad al cerebro pierden sensibilidad para percibir la satisfacción. Esto se debe a la alteración de la icretina, hormona que tiene como finalidad regular el apetito. Llegamos a la conclusión del por qué a las personas les cuesta mantener una dieta y de cómo tienden a subir de peso finalizado el régimen.
Por último, una alimentación alta en grasa también se vuelve adictiva. Esta nutrición hace que se activen los centros de recompensa del cerebro. La pérdida de peso se debe mayormente a complicaciones a la salud producidas por la obesidad, que finalmente pueden acabar en la muerte.