Nunca antes había sido tan apropiado decir que cada cabeza es un mundo y el trabajo de Stefan Zsaitsits lo demuestra. Las cabezas que protagonizan cada una de estas surrealistas ilustraciones hechas de grafito, parecen actuar como un lienzo en sí y por sí mismas como escenas y paisajes enteros.
Cada pieza parece representar a una persona que está literal o figurativamente saturada por animales, objetos o pensamientos metafóricos.