La gente a menudo se pregunta cómo delicados arcos y columnas balanceadas logran mantenerse erguidos con su inmenso peso.
En realidad, según nuevos estudios, es la misma tensión del peso que ayuda a compactar granos individuales de arena y retrasa la erosión de las formaciones rocosas.
En experimentos controlados, científicos dejaron caer pequeños bloques de arenisca ligeramente consolidados en agua y luego vieron cómo se disolvían. Pero cuando los científicos pusieron pesas encima de las muestras de arenisca antes de sumergirlos, la desintegración paró el momento que llegó a cierto nivel la presión por el peso ya que los granos fueron compactados para crear un material duro parecido a la roca.
En otras pruebas, la presión causada por el peso ayudó a proteger muestras contra la erosión de lluvia simulada.
En gran escala, la presión transmitida a través de arcos y columnas hasta sus bases se disminuye, pero no detiene, el esculpir natural del viento y el agua, según los investigadores.
Pequeños pedazos que no cargan con el peso de la formación natural son los primeros en desvanecerse, lo cual ayuda a explicar por qué los arcos naturales son inusualmente lisos.
Grietas, fisuras y suaves capas en las formaciones rocosas influyen en las formas de estas esculturas naturales conforme evolucionan.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.