Si empezaste tu vida profesional hace más de dos décadas, probablemente podrás calcular cuánto tiempo invertiste navegando la red en esos años: nada. No es porque tienes la disciplina para evitar vídeo de gatos en línea, sino que simplemente no había contenido en la red en ese entonces.

Ahora por supuesto estas leyendo este artículo (Y no hay escasez de vídeos de gatos). Los días siguen durando 24 horas como en 1988, pero esto hace surgir una pregunta: ¿Dónde salió todo este tiempo adicional?

¿Qué estas dejando de hacer por estar leyendo este artículo?

El gobierno ha preguntado a miles de ciudadanos cómo invierten su tiempo, para darnos una idea de cómo hemos manejado nuestro tiempo a lo largo de los años. Un documento de trabajo de Scott Wallsten dice que cada minuto que invertimos en línea equivale a 0.27 minutos menos trabajando, 0.12 minutos menos durmiendo, 0.10 minutos menos viajando y 0.29 minutos menos haciendo otras actividades recreativas, como ver la tele.

Tomamos pedacitos de otras partes de nuestra vida para invertir en línea. En su mayoría hacemos esto inconscientemente y ya que estás leyendo este artículo, seguramente pasarás 17 segundos menos haciendo algo importante en el trabajo y te dormirás 6 segundos más tarde.

El ahorro de tiempo equivale a cero.

Aunque esta es una idea un tanto deprimente, es interesante que este intercambio de tiempo inconsciente nos indica una forma diferente de cómo asignamos el tiempo. El caso es que al ahorrar tiempo, haciendo las cosas que no quieres hacer de forma más eficiente, estamos dándonos más tiempo para hacer las cosas que sí queremos hacer.

Pero nuestra forma de asignar el tiempo es diferente en realidad. Asignamos el tiempo a lo que nos parezca más interesante, importante, urgente o necesario y luego todo lo demás lo acomodemos para caber en el espacio que dejamos después.

Usemos lo siguiente como ejemplo:

A una mujer se le descompone el calentador de agua en su casa mientras esta fuera. Regresa a casa y empieza a lidiar con la inundación en su sótano. El día siguiente pasa la mañana con el plomero y pasa parte del siguiente día consiguiendo un equipo de limpieza para que se encarguen del desastre que quedó atrás.

Esto pasa en medio de una semana muy ocupada para esta mujer considerando su trabajo y responsabilidades como mamá. Si le preguntáramos esa semana si podría apartar 8 horas para hacerle mantenimiento a su casa, lo más seguro es que se le hubiera complicado. Pero cuando tuvo que conseguir tiempo para hacerlo, lo hizo.

Esto pasa en casos de emergencia, la clave para aprovechar tu tiempo es comportarte de esta forma con las cosas que quieres hacer con tu tiempo también. Si esperas llevar a cabo un proyecto importante cuando te sobren 10 horas, lo más seguro es que te quedes esperando un largo rato. Pero si sólo lo haces, todo lo demás que tenga tu tiempo asignado se acoplará para acomodarse en tu nuevo horario.

No puedes tener la vida que quieres por simplemente ahorrar tiempo, tienes que hacer el tiempo para tus cosas y de esta manera el tiempo lo terminas ahorrando sin pensarlo.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.