Alemania recuerda hoy dos capítulos de su historia: el 75 aniversario de la «Noche de los cristales rotos», que dio inicio a la brutal persecución del pueblo judío, y el 24 aniversario de la caída del Muro que dividió al país casi tres décadas.

La canciller federal alemana Angela Merkel recordó esa dualidad del 9 de noviembre de 1938 y el 9 de noviembre de 1989.

Mientras aquella «Noche de los cristales Rotos» de 1938 fue uno de los puntos más bajos de la historia alemana, «nos debe recordar que debemos estar siempre conscientes de nuestro pasado para poder afrontar el futuro con responsabilidad», señaló a canciller.

Sin embargo, dijo que el mismo día del año 1989 fue un motivo «de gran alegría y esperanza» que muestra «que la democracia y el Estado de Derecho pueden lograrse de forma pacífica».

El 9 de noviembre de 1989 los alemanes derrumbaron el Muro que puso fin a 28 años de la división del país entre la República Federal Alemana y la República Democrática Alemana, y permitió el inicio de la reunificación del país un año después.

Todos los años se celebra la caída del Muro con actos oficiales y muestras de alegría, pero en esta ocasión la atención se centró en el aniversario de uno de los episodios «más oscuros» de la historia alemana: el inicio de la persecución a los judíos, que dio el disparo de salida al Holocausto nazi.

El presidente estadunidense Barack Obama también recordó aquella noche al llamar «a combatir el antisemitismo y la intolerancia» y al pedir honrar a los muertos y repetir hasta la saciedad: «Nunca más».

La noche del 9 de noviembre de 1938 supuso «un presentimiento de la matanza de seis millones de judíos y de otras víctimas inocentes», dijo Obama, tras advertir las «trágicas consecuencias del silencio».

Berlín es el centro de una serie de actos de conmemoración, como una marcha en silencio, mientras algunas tiendas colocaron en sus escaparates imágenes que simulan los ataques que hicieron que el 9 de noviembre de 1938 se conociera como «la Noche de los cristales rotos».

En la puerta de Brandenburgo se proyectaron también trabajos de estudiantes de distintos colegios contra el racismo y la violencia.

El presidente federal alemán, Joachim Gauck, participó en un acto en Eberswalde, tras el cual se inauguró la exposición fotográfica «La vida judía moderna en Alemania» en la casa Paul-Wunderlich.

En Múnich se recordó también este sábado el aniversario de la trágica noche en el salón del antiguo ayuntamiento y en la sinagoga principal de la ciudad.

El 9 de noviembre de 1938 los nazis asaltaron y devastaron más de mil sinagogas y miles de negocios de judíos en Alemania: miles de judíos fueron sometidos, encarcelados y asesinados.

Ese episodio supuso el inicio de la persecución sistemática de los judíos. Sólo el 10 de noviembre de 1938 los nazis se llevaron a más de 30 mil judíos a los campos de concentración.

El nombre de «la Noche de cristales rotos» se dio en referencia a los destrozos causados, algo que después ha sido criticado por los historiadores porque se considera que minimiza sus efectos y muchos han pasado a llamarlo el inicio de los pogromos de noviembre.

Josehp Goebbels, entonces ministro de Propaganda del régimen de Adolfo Hitler, consideró a ese ataque como una «ola espontánea de ira popular».

Una ira motivada por el asesinato del diplomático alemán Ernst von Rath en París, Francia, a manos del judío Herschel Grynszpan, de 17 años, según Goebbels, pero en realidad fue un acto organizado por las tropas de asalto de las SA y SS nazis.

 Aunque ninguno de los agresores salió en uniforme militar, sino que todos vistieron de civil.

Los historiadores siguen revisando esos episodios de Alemania, incluso abrieron una cuenta para ello en la red social Twitter, que tiene ya más de mil seguidores.

En @9Nov38 los científicos liderados por el historiador de Moritz Hoffman cuentan cómo ocurrió, con tweets de hechos probados históricamente- bajo el lema «hoy hace 75 años».

Los historiadores recuerdan que no fue un hecho aislado, ya que el 9 de noviembre de 1938 tuvo una «historia previa».

Los expertos también aprovechan estos días para revisar y matizar la historia oficial: la versión oficial es que el joven Grynszpan asesinó al diplomático alemán porque sus padres habían sido deportados a Polonia junto a otros miles de judíos.

Pero, según el historiador Armin Fuhrer, Alemania habría tenido cierta culpa en la muerte del diplomático Ernst von Rath.

Los médicos alemanes que viajaron a París para asistir al diplomático herido -entre ellos, el cirujano personal de Hitler, Karl Brandt- no hicieron todo lo que podían para evitar su muerte.

«Los indicios sugieren que el régimen dejó morir al diplomático. En los reportes médicos no se menciona que sufría tuberculosis», señaló el historiador.

Un telegrama oficial de 1941 indicó que se evitó la mención de la enfermedad ‘porque, sino la relación causal entre el ataque y la muerte no hubiese estado clara'», afirmó Fuhrer.

Destacó que la muerte del diplomático a manos de un judío servía como pretexto perfecto para lanzar la campaña contra los judíos.

El diplomático murió el 9 de noviembre. Ese día, la cúpula del partido nazi estaba en el ayuntamiento de Múnich, incluido Hitler y Goebbels, para conmemorar el aniversario del intento de golpe de Estado contra Hitler.

La orden de los ataques contra los judíos no fue directa, sino que su actuación consistió más bien en azuzar las tensiones y arengar a los agresores. Y las fuerzas del orden no hicieron nada por detener las agresiones.

Sin embargo, el historiador Frank Bajohr, aseguró que los ataques también se hubieran llevado a cabo sin el atentado en París, porque las bases del exterminio ya estaban sentadas desde 1933.

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