Los delfines blancos de China registran una elevada mortalidad por la urbanización y el desarrollo industrial masivo que destruyen su hábitat y tienen un efecto devastador sobre la fauna marina, advirtió un reportaje difundido hoy.
La supervivencia de estos cetáceos, que habitan en la desembocadura del río Guangdong, un gran triángulo de aguas fluviales y marinas delimitado al oeste por Macao y Guangzhou y al norte y este por Hong Kong, está en riesgo, alertó la Sociedad Protectora de Delfines.
Apenas a finales de abril pasado, el biólogo marino Samuel Hung, director de esa sociedad, presenció una escena que se ha vuelto familiar en los últimos meses: «una delfín hembra tratando con su cabeza de mantener a flote a su crío, pero éste inanimado ya».
Hung ha atestiguado ese tipo de escenas por años, pues cada vez que nace un bebé delfín, la madre debe mantenerlo en la superficie durante las primeras respiraciones; sin embargo, los últimos nacimientos han sido diferentes.
En al menos los tres últimos nacimientos, ocurridos en unas semanas en las aguas de Hong Kong, los delfines bebés estaban muertos, refirió Hung, citado en un reportaje del diario francés Le Monde.
Pero una escena similar a la observada por el biólogo marino fue videograbada por un grupo de turistas en la misma región y difundida en internet, despertando preocupaciones sobre la amenaza que pesa sobre los delfines en Hong Kong.
La especialista en este tipo de cetáceos, Lindsay Porter, refiere que sólo hay cinco colonias de delfines blancos, comúnmente conocidos como rosados por la coloración que adquieren en la edad adulta, en el Mar de China, dos de ellas en Taiwán y Xiamen.
A partir de 2003, la población de estos animales -que fueron el símbolo de la reunificación de Hong Kong con China en 1997- se ha reducido de los 158 que había en ese año a 78 en 2011.
Los especialistas sin embargo tendrán plena certeza del futuro de esta especie cuando el Ministerio chino de Agricultura y Pesca publique su nuevo informe sobre la población de delfines, en junio próximo.
La Sociedad Protectora de Delfines atribuye la muerte de delfines al desarrollo industrial masivo en la región, que comenzó hace 30 años y dio origen a una de las mayores concentraciones de fábricas en el mundo en Guangdong, Hong Kong y Shenzhen.
Según la organización, este desarrollo industrial propició una urbanización masiva -con alrededor de 120 millones de personas y miles de fábricas-, que ha transformado el medio natural e impactado en la salud de la fauna marina.
Las aguas del río Guangdong son receptoras de todo tipo de contaminantes. De hecho, análisis efectuados a animales muertos revelan la presencia de sustancias tóxicas en altos niveles, como mercurio, arsénico, componentes clorados y otros agentes carcinógenos.
Al problema de la contaminación se suma la sobrepesca, la intensa actividad marina y la destrucción del hábitat natural de los delfines rosados, afirma Hung, y advierte que los delfines podrían desaparecer si las autoridades no actúan rápidamente.
París, 15 May (Notimex)