Sonríe más
Claro, es molesto cuando no estás teniendo un buen día y algún desconocido llega y te dice que sonrías. Pero sonreírle a desconocidos de vez en cuando puede ayudar a mejorar tu estado de ánimo.
Mientras más conectados nos sentimos con la gente que nos rodea, más seguros y relajados nos sentimos y esto abre la posibilidad de ser más feliz.
Sal a dar un paseo
El ejercicio te da endorfinas que en cambio te hacen feliz. Pero no necesitas pasar una hora en el gimnasio para conseguir estos beneficios.
Aquellos que hacen ejercicio regularmente suelen ser menos emocionalmente reactivos, pero si algo te está molestando, puedes simplemente dar un paseo. No hace falta que corras y sudes.
Párate derecho
Siempre checa tu postura. Un estudio analizó a dos grupos de persona: aquellos que caminan con buena postura y aquellos que caminan con la espalda encorvada. Los que caminaban derecho solían ser más felices y recuerdan las experiencias de manera más positiva.
Te hace ver que tienes más confianza, por lo tanto, sentirás más confianza, cosa que te causa más felicidad.
Recuerda que los malos tiempos son temporales
Esto nunca lo deberías de olvidar. Nada es eterno, ni los buenos momentos y ni los malos. No importa qué tan pequeño o grande sea el problema, se pasará y siempre terminarás sintiéndote mejor.
Respira profundo
Respira para calmarte. Imagina el aire entrando a tu pecho cuando inhalas, aguanta unos segundos, luego deja el aire salir por tu nariz. Cuenta hasta cuatro mientras inhalas, aguanta contando hasta dos y exhala contando hasta siete.
Haz algún buen acto
Cualquier pequeño detalle de amabilidad ayuda mucho a mejor tu estado de ánimo. No importa qué tan pequeño sea. Puedes ponerle saldo al parquímetro de un coche que venció o paga el café del que está detrás tuyo en la fila.
La idea de esto es que estos actos nos hacen más felices porque nos sacan nuestro enfoque de dentro de nosotros mismos.