Es típico cuando le quieres decir algo a alguien en secreto, se acerca y le susurras algo y da un paso atrás tan pronto abres la boca. O quizá sientes los dientes sucios y no quieres abrir la boca por miedo de que tu aliento seguro huele mal.

Sea cual sea tu señal de que tienes mal aliento, existen varias maneras de mejorar el mal aliento. Cargar contigo siempre un cepillo de dientes portatil con todo y pasta es una buena idea, pero no siempre cargas con un cepillo de dientes a todos lados a donde vas o no siempre tienes acceso a un lavabo.

Así que en un apuro, aquí te enseñamos algunas maneras de mejorar tu aliento si no tienes la posibilidad de cepillarte los dientes:

Chicle o menta sin azúcar

Brindan una solución temporal. No removerán las bacterias causando el mal aliento, pero te darán un poco de tiempo antes de poder cepillarte los dientes. Sólo procura que sean libres de azúcar ya que las bacterias que causan mal aliento se alimentan del azúcar, empeorando tu aliento.

Fruta

Aunque la fruta tenga azúcar natural, aún pueden inhibir la actividad de las bacterias en tu boca. Las manzanas tienen polifenoles, los cuales pueden reprimir las bacterias y elimina los compuestos de azufre en tu boca. Frutas altas en vitamina C, como las fresas, naranjas o toronjas, crean un ambiente ácido en tu boca que evitan que proliferen las bacterias.

Raspa lenguas

Es posible que no tengas uno de estos contigo si no traes un cepillo de dientes. Pero en este caso puedes usar una cuchara. No será la herramienta ideal, pero funciona de la misma manera. Procura enjuagar tu boca con cada pasada de la cuchara o el raspador.

Agua

Las bacterias orales son anaeróbicas, lo cual significa que viven en condiciones secas. Por esto huele particularmente mal tu boca en las mañanas si duermes con ella abierta. El agua no sólo ayuda a volver a equilibrar el ambiente en tu boca, pero también te ayuda a sacar partículas de comida atoradas entre los dientes.

Yogurt

Los probióticos en el yogurt (sin azúcar) compiten con las bacterias en tu boca, disminuyendo la cantidad de sulfuro de hidrógeno que libran.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.