Todos lo sabemos: llevar una vida activa contribuye a gozar de buena salud y a evitar la enfermedad cardiovascular, la principal causa de muerte en el mundo.

La ciencia lo ha demostrado. Estudios han comprobado que quienes realizan actividad física al menos 30 minutos diarios –ó 20 minutos tres veces por semana si se trata de un ejercicio vigoroso– pueden disminuir hasta en un 30% el riesgo de morir por complicaciones de la enfermedad cardiovascular.

Sin embargo, estas bondades del ejercicio parecen ser aún mayores para aquellas personas con diabetes tipo 2, según demuestra un nuevo estudio.

Se trata de muy buenas noticias si se toma en cuenta que, para los diabéticos, el riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular es cinco veces más alta que en el resto de la población.

El estudio en cuestión, dado a conocer el 14 de noviembre, Día Mundial de la Diabetes, en la revista European Journal of Preventive Cardiology, analizó el impacto de la actividad física en un grupo de más de 15.000 diabéticos suecos.

La edad promedio de los voluntarios era 60 años, y los científicos dieron seguimiento al grupo de pacientes a lo largo de cinco años o hasta que presentaron un evento cardiovascular.

Catalogaron a los voluntarios en dos grupos según su nivel de actividad física: baja si realizaban ejercicio por 30 minutos dos veces por semana o menos; alta si hacían ejercicio al menos tres veces por semana por al menos 30 minutos cada vez.

Los investigadores, dirigidos por Björn Zethelius, de la Universidad de Uppsala, hallaron que los diabéticos con un bajo nivel de actividad física tenían un 25% más de riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular que aquellos que realizaban ejercicio tres o más veces por semana.

Además, encontraron que el riesgo de morir por un evento cardiovascular, como un infarto, era un 70% mayor en aquellos diabéticos que realizaban poco ejercicio.

La Nación