Con el desarrollo de las redes sociales, y su auge surgió  la necesidad de contar con personas con determinadas características para manejarlas y monitorearlas, a estas personas les llaman Community Managers, quienes en realidad son la mente creativa y anti-contingencia de cualquier empresa o marca ante los usuarios en redes, pues son ellos los que se encargan de entender a los usuarios, contestar tanto buenos o malos comentarios, de crear, publicar y monitorear el contenido; en fin,  las marcas estarían en el limbo del mundo digital sin ellos.

Ahora conozcamos que es un Boot, es la abreviación de robot, una máquina que funciona a través de la inteligencia artificial y, actualmente, son usados para hacerse pasar por personas “reales” abriendo perfiles falsos en las redes sociales para ganar seguidores, interacciones, comentarios (buenos o malos), así como, funcionar como servicio al cliente mediante chatbots, siendo una gran herramienta para las marcas.

En la actualidad las empresas están viendo en estas máquinas una oportunidad para optimizar sus estrategias comerciales en redes sociales, de aquí la posible extinción de los Community Managers pero… ¿Un bot podrá generar esa conexión con el usuario? ¿No cambiaría la esencia de las redes sociales?

Una de las empresas que apostó por la inteligencia artificial y simplemente no le resultó fue Facebook, quien experimentó con Chatbots, su objetivo era poder platicar y negociar con humanos de la manera más natural posible. En este experimento, los robots de Facebook fueron programados para negociar sobre productos como pelotas, libros y gorras. De pronto los chatbots se salieron del plan inicial y comenzaron a crear su propio idioma, el cual no tenía lógica para humanos, por lo que decidieron apagar los bots, porque no cumplieron con el objetivo esperado. ¿Siguen pensando en sustituir a los Community Managers?

Todos sabemos que es imposible que un robot pueda sustituir al 100% el trabajo de alguien, más tratándose de alguien que entre sus cualidades se encuentran el ser creativo, observador, y estar en tendencia. Un chatbot solo sabe lo que le escribes y no llega al punto de entender, como un humano lo haría, tampoco puede brindar soluciones creativas, solo puede hacer las tareas que le programaron. En otras palabras, el trato no es personal. Un bot difícilmente podrá empatizar con el usuario, ponerse en  sus zapatos, pues eso es lo que termina humanizando a la marca y generando conexión con sus seguidores.