¿Te cuesta trabajo mantenerte despierto por las tardes? Quizá sea hora de cambiar un poco tu dieta. Para mantener tu energía arriba a lo largo de un día ocupado necesitarás comer inteligente. En realidad basta con unos pequeños cambios de lo que sueles comer. Una variedad de alimentos balanceados pueden estabilizar el azúcar en tu sangre y niveles de hierro para prevenir ese mal del puerco.

Aquí hay unos alimentos para mantener la energía alta todo el día:

Alga nori

Las algas están bien cargadas de yodo, que ayuda a crear energía a través de sus reacciones bioquímicas y su papel con las hormonas de tiroide.

Almendras

Contienen vitamina B7, conocido como biotina, que ayuda a tu cuerpo para convertir el alimento en energía. Esta vitamina ayuda a metabolizar los carbohidratos, grasa y proteína. Un puñado de almendras te levantará los ánimos en la tarde.

Carne orgánica

La carne de res es una muy buena fuente de hierro que ayuda a prevenir la anemia que causa fatiga. Tu cuerpo usa hierro para mantener el oxígeno en la sangre y transportarlo a tus tejidos. A nivel celular, el hierro se usa para energía. Una porción de carne contiene alrededor de 12% del consumo diario recomendado.

Avena

La avena puede ser una excelente adición a tu yogurt o con un simple plato de avena en sí. Es un carbohidrato natural que contiene tres elementos energéticos: calcio, fibra y proteína.

Mejillones

Los mejillones están cargados de vitamina B12. Esta vitamina es esencial para convertir el alimento en energía.

Huevos

Los huevos contienen proteína, yodo, vitamina B6 y B12. En lugar de beber una segunda taza de café por las mañanas, mejor opta por otra porción de huevos.

Pollo

El pollo contiene una enzima que es necesario para facilitar 95% de la energía del cuerpo humano. También es necesario para tener órganos saludables y tiene un papel importante en el proceso de creación de energía celular.

Espinaca

Una taza de espinaca cruda está cargada de magnesio, un mineral necesario para el proceso de energía en nuestros cuerpos.

 

Publicado por Othón Vélez O’Brien.