Convivir estimula el sobrepeso, porque la comodidad de tener una pareja estable nos lleva a descuidar nuestra apariencia. Te damos unos tips para ayudarlo en el proceso de adelgazar sin recordarle la cifra que marca la balanza.
Son varios los estudios en los que la ciencia se ha enfocado en demostrar cómo cambian los hábitos alimentarios de quienes están en pareja. Generalmente, los resultados no son alentadores. Uno de ellos, realizado recientemente por el equipo liderado por la sicología Andrea L. Meltzer, investigadora de la Southern Methodist University de Dallas, SMU, demostró que, en la mayoría de los casos,las parejas casadas y felices tienden a subir de peso.
El estudio tomó a 150 parejas con menos de 6 meses de matrimonio e hizo un seguimiento hasta su cuarto aniversario. De esta observación se concluyó que con el paso del tiempo, quienes están en pareja con una relación satisfactoria y feliz suben de peso por la confianza que representa tener ya a un esposo o una esposa. Por el contrario, quienes están en riesgo de una separación cuidan más su aspecto físico, para llamar de nuevo la atención.
La misma experta lideró otra investigación hecha en paralelo con 450 parejas, publicada en la revista científica Personality and Social Psychology, en la que se evidenció que los hombres se sienten más felices cuando su esposa está en forma; mientras que ellas aman a sus esposos sin importar cómo se ven.
La pareja es fundamental en el transcurso del tiempo para la formación de hábitos, que luego heredarán a sus hijos y marcarán su futuro saludable. Por eso, es importante establecer rutinas que le ayuden a cada uno a mantenerse atractivo y estimular los buenos hábitos sin importar el tiempo que lleven juntos.
10 consejos para ayudarlo a bajar de peso
En ese orden de ideas, el papel del cónyuge al momento de estimular a su pareja a bajar de peso es fundamental. Para eso, la médica Oriete Arias, directora del programa de obesidad de MedPlus, medicina prepagada, nos da recomendaciones para hacer más fácil esta rutina y ayudar a la pareja a bajar de peso, sin recordarle siempre que está gordo.
1. La familia debe adoptar planes saludables. No significa que todos hagan dieta al mismo tiempo, sino que se creen rutinas que los mantengan a todos en forma. Será más fácil mantenerse en el peso.
2. La vida social y cultural gira alrededor a la comida. Lo que no está mal. Lo importante es que los dos destinen un tiempo específico para hacer ejercicio. La estimulación mutua garantizará mejores resultados.
3. La alacena debe tener comida saludable. Si la tentación del chocolate está a la mano, será más fácil excederse en calorías.
5. El estímulo negativo deriva en resistencia. Repetir “estás gordo, no comas eso”, no es un factor motivador, sino que aumenta el círculo vicioso. La persona puede caer en un estado de ansiedad que le genera más ganas de comer. No quiere decir que haya que tapar el sol con una mano, sino hacer comentarios positivos.
6. Ayudar a la pareja a crear metas reales: no proponerse llegar al peso que tenían a los 16 años, sino entender y aceptar que el metabolismo cambia con el tiempo. Los hábitos se deben transformar progresivamente, no de tajo, será más fácil. Muchas dietas comienzan el lunes y acaban el miércoles. La pareja no debe decirle: “Es una hamburguesa nada más…” y desestimularlo.
7. Acompañar a la pareja en el trabajo que realiza para lograr sus metas: ser solidario, lo que no significa hacer la misma dieta que la persona que necesita bajar de peso. Por ejemplo, acompañarlo de vez en cuando en sus rutinas de ejercicio, o no comerse una hamburguesa en frente de él.
8. Celebrarle el logro de sus metas: si cada semana baja medio kilo, hay que decirle “te ves muy bien, se nota el trabajo que estás haciendo”. La persona quizás no lo ve al principio, por eso es importante hacer evidentes los resultados.
Fuente: Fucsia