1. Acepta tus responsabilidades

Una de las primeras y más rápidas formas de tomar control de tu vida es tomar la responsabilidad por ella. Nuestras perspectivas, actitudes, reacciones, sentimientos, pensamientos, creencias, todo esto lo controlamos. Esto significa que puedes crear la vida que quieres.

2. Deja de culpar

Es muy fácil echar la culpa, especialmente si en algún momento en tu vida has sentido que has recibido un trato injusto. Nadie es perfecto pero no podemos dejar que la imperfección de los demás ni la nuestra sea una excusa por no llevar la vida que quieres. Tampoco puedes permitir que lo sucedido te siga afectando hoy.

3. Perdona

El rencor es dañino y te impide seguir adelante con tu vida. Al no soltar tu rencor estás guardando sentimientos  y energía negativos que sólo sirven para envenenar. A veces sentimos el mayor rencor hacia nosotros mismos por errores o arrepentimientos. No puedes ser feliz si permites que se prolonguen los malos momentos hasta mucho tiempo después de que ya sucedieron. Lo hecho hecho esta y no queda más que aprender y seguir adelante sin llevar nuestro pasado sobre nuestros hombros.

4. Cambia tu actitud

Tu actitud juega un papel importante en tu calidad de vida. Si tienes una mala actitud, tu día solo empeorará ya que dejas que se acumule la energía negativa. Si te obligas a mantener una buena actitud (y por supuesto, hay que forzarla algunos días) y buscas el bien en tu día, te pasarán más cosas buenas.

5. Decide lo que quieres

¿Alguna vez has pensado qué es lo que verdaderamente quieres en la vida? No lo que tus padres quieren para ti ni lo que crees poder lograr porque esta dentro de tus capacidades, sino lo que verdaderamente quieres. Si el dinero o las circunstancias no fueran impedimento, ¿qué es lo que más quieres desde el fondo de tu ser? No te preocupes si parece algo imposible de lograr solo, probablemente lo sea.

6. No compitas con los demás

La vida no es una carrera, es más como un maratón y muchas veces no nos preocupamos por nuestro propio camino porque estamos muy preocupados por los de los demás y comenzamos a quedar atrás. Te preguntas si eres lo suficientemente bueno por lo que sucede alrededor de ti. No deberías de enfocarte en nadie más que ti mismo. Agradece donde estas y las cosas que has logrado. Cada día puedes mejorar y acercarte más a tus sueños, no depende de nadie más.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.