La comida es necesaria para la supervivencia, por eso es muy importante que tengas una relación saludable con ella, basada no en tus necesidades emocionales, sino en las físicas, con una dieta balanceada, rica en alimentos sanos. ¡Sigue estos pasos para comenzar!
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Maneja tus emociones: Identifica qué estás sintiendo y encuentra una forma de expresarlo. Utiliza técnicas para relajarte y manejar el estrés y las emociones: baila, escribe, platica con algún ser querido.
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Come 3 comidas saludables al día, más dos colaciones.
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Evita las tentaciones: Limpia tu refri y alacena de comida chatarra o esa que sueles utilizar en los “atracones” compulsivos.
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No hagas dieta: Privarte de algo que necesitas solo te hará quererlo más. Eso genera la compulsión por comer grandes cantidades. Busca nutrir a tu cuerpo de forma equilibrada y variada.
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Haz ejercicio. Te ayudará a sentirte mejor contigo mismo y mejorar tu salud. Además, es una forma de ayudarte a perder peso.
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Evade el aburrimiento: Distráete, busca nuevas actividades, lee, sal con amigos…
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Duerme bien. Se ha descubierto que dormir mal provoca trastornos en la alimentación.
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Escucha a tu cuerpo: Aprende a distinguir el hambre física del hambre emocional.
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Haz una lista de los alimentos que consumes al día: Escribe qué comes y cuánto; sobre todo, describe cómo te sientes al comerlo. Esto te hará más consciente de la relación que tienes con la comida.
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Pide ayuda de especialistas o familiares. Hablar con alguien más sobre tus problemas con la comida te quitará un peso de encima.
Tu vínculo con la comida puede dar un giro positivo. Úsala para nutrir tu cuerpo y no para dañarlo. ¡Verás cómo el panorama cambia!
Fuente: HCHU