De pequeños establecemos nuestras bases de las amistades que tenemos de adultos. Siempre te dicen desde que eres pequeño que te rodees con amigos que promueven energía positiva y eleven tu autoestima. Esto es más fácil dicho que hecho, pero aquí hay tres temas recurrentes que te ayudarán a identificar a la gente tóxica en tu vida para evitarlas:

1. Deshazte de los vampiros emocionales

Esta gente lo que hace es chupar toda tu energía nunca dejando de hablar, sus correos constantes o siempre bombardeandote con sus problemas, dejándote completamente drenado al final.

Esta gente se inserta en tu vida diaria, de repente dependiendo de nosotros de maneras que superan cualquier relación basada en dar y recibir. Existe una diferencia entre un vampiro emocional y un amigo que esta teniendo un mal día. El vampiro emocional siempre te esta arrastrando, juega a la víctima y manipula. Pero cuando la situación es inversa y tú la estas pasando mal no hay reciprocidad. En contraste, el amigo con necesidad simplemente esta pasando un mal momento, tu relación entera con esta persona no esta basada en sus problemas y cómo puedes tú ayudarlo.

2. Identifica a la gente que te deja ser tú mismo

Es bueno rodearte de gente positiva que además te dejan ser quien eres. Gente que siempre es pesimista pueden hacer que nos caigamos en su energía negativa. Esto suele cambiar quien eres. Tampoco se trata de alejar a tus amigos porque no te dan felicidad. ¿Pero qué pasa cuando no hace más que arrastrarte en su miseria constantemente? Te darás cuenta que sentirás más alivio que lástima por cortar con esta relación.

3. Evita convertirte en el terapueta de tus amigos

Existe una delgada línea entre apoyar a tu amigo y convertirte en su terapeuta. La segunda es poco saludable para ambos lados, pero estar ahí por tu amigo suele tener un poco de reciprocidad. Con frecuencia los tiempos difíciles te ayudan a separar a tus buenos amigos de los malos. Los buenos amigos te dejarán llorar sobre sus hombros o reirte con ellos, pero cada quien tiene que aportar con la buena vibra.

Existe una diferencia entre un amigo que llega y te pide un consejo y el amigo que no quieres contestarle el teléfono porque no quieres saber cuál es su problema de hoy como si se tratara de la sesión de terapia del día. Si le dices que sería mejor que se busque un terapeuta de verdad y te responde con que prefiere hablar contigo, considera que los terapeutas no suelen hacerle terapia a sus amigos.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.