Empecemos por cómo se te puede infectar una herida. Cuando bacterias, tierra o microorganismos entran a nuestro organismo a través de una herida abierta, o bacterias sanas se mezclan con piel dañada, ocurre una infección.

La manera en la que limpias tus heridas también es un factor importante. Si no la limpias, tratas y cubres bien, aumenta la posibilidad de desarrollar una infección.

¿Cómo se ve una herida infectada?

Hay algunas señales que te dejarán claro que estás tratando con una infección, varían dependiendo de la etapa de la infección:

Inicialmente puede que veas síntomas como:

  • Enrojecimiento
  • Hinchamiento
  • Una costra amarilla alrededor de la herida

Conforme avanza la infección notarás síntomas más serios como:

  • Rayas alrededor de la herida
  • Dolor
  • Calor al tacto alrededor de la herida
  • Pus
  • Fluido amarillo, verde o café saliendo de la herida

Si la infección progresa al resto de tu cuerpo, notarás síntomas como:

  • Fiebre
  • Cansancio
  • Ganglios hinchados y sensibles
  • Un olor malo saliendo de la herida

Cómo tratar y prevenir una herida infectada

Si lo agarraste temprano y no se ha vuelto muy severa la infección, puedes tratarlo en casa. Asegúrate de limpiar muy bien la herida y protegerla antes que nada. Lávate con jabón y agua y mantén la herida seca y cubierta con una venda limpia.

Revisa la herida diario y procura que siempre esté limpia con vendas limpias y nuevas cada día. Evita el uso de antisépticos, corres el riesgo de dañar la piel y alentar el proceso de sanamiento.

Si no mejora en uno o dos días, la infección empeorará y empezarás a notar los otros síntomas. Si tienes fiebre es hora de ir a la sala de urgencias.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.