Últimamente verás a mucha gente con mochila que parecen tener más de 15 años. Tú también puedes ser uno de ellos.
La moda se impone y llega con mucha fuerza esa antigua amiga que solías llenar de bártulos y otras historias. Haciendo fondo con bolígrafos bic y descansando a partir de trozos de papel las mochilas han pasado con nosotros toda nuestra infancia y es el momento de recuperarla.
Pero de manera distinta. No te vas a poner las correas apretadas al máximo. Tampoco vas a comprarte un carrito porque es más fácil transportarla y, sobre todo, la vas a cuidar. Porque es el bolso que sí te dejan llevar, es el complemento que te va a salvar con estilo de ir al gimnasio y volver a la oficina y es el lugar donde puedes guardar todas esas cosas que siempre te olvidas por todas partes.
El caso es que, mirando en el baúl de los recuerdos –literalmente– te das cuenta de que tu mochila ya no sirve. No porque sea fea o difícil de llevar sino porque te la ponías con 15 años. ¿Qué tienes que hacer para calzarte una mochila? Es sencillo.
- – Siempre al hombro. Con los dos brazos metidos, Al salir de clase quedó muy atrás.
- – Siempre decente y limpia. Sobre todo limpia.
- – Siempre llena. No hay nada peor que llevar una mochila vacía.
- – Siempre neutra, ni vibrante, ni aburrida. La mochila si neutra, dos veces neutra.
- – Recomendamos las de ante o cuero.
- – Evitar el look sport con la mochila. No tiene nada que ver.
- – También con traje o camisa. Sin miedo.
Y sobre todo, eso, sin miedo. Es poco probable que alguien te mire raro o haga aspavientos cuando te acerques a él teniendo colgada una mochila. También tendrías que darle una vuelta a esa bandolera que no te quitas y en la que no sabemos muy bien qué llevas.