Dicen que el amor es ciego y día a día conocemos historias que lo demuestran. Cuando te enamoras llegas a hacer o decir cosas que jamás habrías imaginado, y alguna de ellas inducidas por los hombres. ¿Tienes a tu lado a una persona posesiva?

Hay ciertos hombres que debes evitar, y entre ellos están los posesivos. Una relación significa tener total libertad para actuar y elegir tú los momentos que quieres compartir con la otra persona sin ningún tipo de coacción.

Las mujeres que se topan con hombres posesivos y ceden ante sus constantes peticiones, suelen ser aquellas con alta inseguridad y baja autoestima. Si te ves reflejada, debes saber que no estás ante una relación sana y debes poner remedio cuanto antes.

Pero, ¿cuáles son las señales que nos alertan de que estamos ante hombres posesivos y celosos? Toma nota:

  • Son hombres celosos. Una de las primeras características que salen a la luz en este tipo de hombres son sus celos con la pareja, la mayoría de las veces infundados. Posiblemente podemos hablar de celos patológicos en el hombre que no le permiten razonar de manera adecuada.
  • Quiere controlarlo todo. Le gusta saber qué haces, dónde estás y con quién en todo momento. Al principio podrá enojarse ligeramente si quedas con amigos mientras pondrá excusas como que te quiere tanto que no puede estar sin ti. Poco a poco, ese control se le irá de las manos hasta el momento de hacerte ver que eres suya y te debes a él.
  • Maltrato psicológico. Si hay algo con lo que saben jugar a la perfección los hombres posesivos es con la dependencia emocional, que a la larga, te hará daño. La psicología de los hombres posesivos va tan allá que será capaz de que cambies tus actitudes, amigos o forma de vida por él.
  • Rasgos de personalidad. Normalmente se trata de hombres seductores y encantadores en un primer momento, de aquellos que te conquistan con una sonrisa y una mirada. Al principio suelen ser delicados y demuestran estar pendientes de ti en todo momento, pero poco a poco su personalidad irá cambiando. Se enfadará con frecuencia y hasta podrá parecer desbocado por causas insignificantes. La culpa siempre será tuya así que, ¡ojo! Frena esta situación cuanto antes.

Pero, ¿qué se debe hacer en estos casos? Si de verdad quieres estar con tu pareja y no se trata de rutina o miedo de estar sola, debes hablar con él seriamente. Deja las cosas claras y dale un ultimátum: o cambia o se acaba la relación.

Aunque es tu decisión y en un principio puede resultar duro y doloroso, lo acabarás agradeciendo a la larga. Piensa que buscas en tu pareja una persona con las que poder compartir los buenos y malos momentos, los amigos y todo aquello que te haga feliz. Si te pasas el día pensando si hacer o no algo por si le puede caer mal, no vas por buen camino.