Resulta que la razón puede ser la manera que respondes. La manera en la que dices las cosas puede ser muy poco amistoso para quien las esté leyendo.
En una serie de experimentos, investigadores probaron cómo la gente percibía un intercambio de mensajes de texto común (una invitación para salir), en donde usan respuestas de una palabra variadas. Las respuestas eran positivas (va), negativas (no o nah) o neutras (probablemente). Algunos tenían punto al final mientras otros no tenían puntuación.
Cuando la respuesta positiva no tenía puntuación después, los participantes calificaron las respuestas como ligeramente positivas. Pero la misma respuesta (ok) seguido por un punto conseguía calificaciones negativas.
Para tener contexto, en una escala de 1 a 7, la calificación promedio para los mensajes no seguidos por un punto tenían 4.26 comparado con 3.79 para el que tenía un punto al final.
Las respuestas con el punto parecían menos sinceros y sentían que quien respondía así en realidad sentía menos entusiasmo para verse.
Los mismos resultados se vieron, pero a una extensión mayor cuando la respuesta era negativa desde un principio, como “no.” En los casos donde estas respuestas negativas iban acompañadas de un punto se percibieron como aún más negativos.
Para palabras más ambiguas como “quizá” u “ok”, las respuestas seguidas por un punto aún conseguían una percepción más negativa, pero no al mismo grado que las respuestas que de por si son negativas.
Incluir un punto en esta clase de mensaje realmente no es necesario gramaticalmente ya que no estamos hablando con oraciones completas para este tipo de respuesta. Esto inconscientemente hace que la persona que recibe el mensaje crea que ese punto fue agregado con una intención. Le da más finalidad al mensaje y parece más abrupto y como si estuvieras diciendo que es el fin de la conversación.
Cuando se trata de las respuestas positivas, puede cambiar el significado y parecerá sarcástica la respuesta.
Todo lo que le agreguemos a nuestros mensajes, ya sea puntuación o un emoji, tiene la capacidad de cambiar el significado de lo que dices.
Así que si quieres parecer que te emociona una propuesta para salir, omite el punto al final.
Si te da miedo que lo que dices puede verse como seco, desinteresado o grosero, no temas agregar un emoji o dos para amenizar el mensaje.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.