Quizás uno de los fenómenos más revolucionarios de nuestro tiempo es el surgimiento de un movimiento o tendencia en favor del poliamor. Tanto en nuestro país como en diferentes de Centro y Sudamérica, y por supuesto en Europa y Estados Unidos, han aparecido grupos y sobretodo individuos que, no conformes con la tradicional pareja monógama, se han aventurado a vivir relaciones múltiples en la idea de que es posible amar a más de una persona a la vez (dos, tres o más).

Por otro lado, diferentes autores, sexólogos, psicólogos, psiquiatras, antropólogos y biólogos han comenzado a evidenciar que la monogamia es un mito ajeno a la naturaleza humana. Una construcción cultural propia de un periodo histórico.

Así el poliamor se alza como una forma de conciencia ecológica en la medida que rescata una parte fundamental de la naturaleza humana, la libertad de amar y de sexualidad, integrándose a la conciencia ecológica en el plano de la sociedad, a consecuencia de la desigualdad, la discriminación o la violación de los derechos humanos, como al ambientalismo propiamente dicho, tendiendo a un cambio radical de nuestra relación con la naturaleza. (Todo lo que afecta negativamente al ser humano es una afectación de la naturaleza pues somos una parte de ella).

Ya el fenómeno de la revolución sexual de los sesentas, el surgimiento y uso de los anticonceptivos, el establecimiento de las parejas abiertas, el auge de la pornografía o los swingers prefiguraba este suceso. Y aunque estos hechos no se hayan planteado una transformación social y menos ecológica si apuntaron y apunan a ella.

Así entonces el poliamor se yergue triunfante cada vez más consciente de su trascendencia social y más, ecológica para ser una vanguardia transformadora en todos los aspectos.

El poliamor es un componente fundamental de la conciencia ecológica, por tanto poliamor sin conciencia ecológica es un absurdo, pero también lo es la conciencia ecológica sin la consideración destacada del poliamor.

Verdaderamente es una gran alegría lo que está sucediendo. A pesar de la descomposición reinante, el amor, el placer, la libertad y la felicidad se sobreponen.

Asi que ¡jovenes! a coj… y a mam… que el mundo no se va a acabar.

Asumir la propia responsabilidad de nuestros cuerpos, salud y placer, como de nuestros afectos, amor, libertad y felicidad, es el principio de la responsabilidad social y ambiental para un mundo pleno, justo y lleno de abundancia para todos y para todo.

Algunos libros importantes sobre el tema:

-Christopher Rayan y Casilda Jetha: En el principio era el sexo Los orígenes de la sexualidad moderna. Cómo nos emparejamos y por qué nos separamos. Ed. Paidos Transiciones

-Dossie Easton y Janet W. Hardy: Ética promiscua. Ed. Melusina

-Ives Alexandre Thalman: Las virtudes del poliamor. La magia de los amores múltiples.  Plataforma editorial. 2008

Escrito por Eduardo García.