Autoridades y organizaciones civiles lamentaron la ejecución del mexicano Édgar Tamayo Arias, ocurrida la noche del miércoles en el centro carcelario de Walls, en Huntsville, Texas.

La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) emitió un comunicado, donde lamentó los hechos y advirtió la ejecución viola la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares y el “Fallo Avena” de la Corte Internacional de Justicia.

El caso destaca la importancia del respeto al derecho que toda persona tiene a recibir la oportuna asistencia consular, cuando se encuentra sometida a un proceso penal en el extranjero.

Asimismo, la Cancillería anunció que mantendrá el apoyo consular a la familia de Tamayo Arias, para retornar sus restos a México, tal como había solicitado desde antes de la ejecución de la sentencia.

A su vez, el capítulo mexicano de Amnistía Internacional, ofreció sus condolencias a la familia y amigos de Tamayo y reconoció su coraje y determinación para seguir luchando hasta el último momento por salvarle la vida.

Sin embargo, advirtió que al consumar la ejecución, Texas violó el derecho a la vida y al debido proceso de Tamayo, lo cual convierte a esta acción “en un asesinato”, como lo calificó el director Ejecutivo de Amnistía-México, Perseo Quiroz.

Además, Tamayo estuvo 20 años preso esperando fecha de ejecución, por lo cual, ese encarcelamiento fue ilegal, pues estuvo encarcelado sin cumplir sentencia la mitad de su vida.

Por otra parte, la ejecución no sólo viola el “Fallo Avena”, sino las medidas cautelares que en su momento ordenó la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y el derecho a la vida consignado en el Artículo 1 de la Convención Americana de Derechos Humanos.

Catherine Ashton, alta representante de Política Exterior y de Seguridad de la Unión Europea, también emitió una declaración negativa contra la ejecución, al recordar que la Unión Europea se opone en todo momento y en cualquier circunstancia, a la aplicación de la pena capital.

Al respecto, en su declaración difundida en México por la representación de la Unión Europea, Ashton señaló que sin dejar de reconocer la naturaleza grave del crimen en el que estuvo envuelto Tamayo, la realidad es que se le negó su derecho a la asistencia consular.

Además, la pena de muerte es un castigo cruel, inhumano e irreversible, cuya abolición es esencial para proteger la dignidad humana, agregó.

En términos similares, María García fundadora de la organización binacional “Migrantes de Aztlán” también protestó por la ejecución, sin prejuzgar sobre la culpa que habría tenido Tamayo en el crimen del que fue acusado.

“Si era culpable, entonces que lo encarcelaran y, si lo creían necesario a través de un juicio justo, entonces que le dieran cadena perpetua. Pero es importante que los Estados respeten la vida de las personas en cualquier circunstancia”.

México, 23 Ene. (Notimex).