Premiar o castigar a los niños con comida o dulces, es una práctica que se debe evitar debido a la implicación emocional que esto conlleva, según recomienda la nutrióloga Lourdes Betsabee Atilano Maciel.

Dar este tipo de recompensas contribuye a que los niños o las niñas le den un sentido afectivo a los alimentos y les sea más difícil elegir o apegarse a una alimentación saludable, asimismo puede incurrir en malos hábitos alimenticios que prevalezcan en la edad adulta e incluso a malas prácticas como bulimia o anorexia.

Los niños llegan a adultos con sobrepeso y obesidad cuando desarrollan este problema en la infancia y además con un gran riesgo de padecer diabetes tipo dos y problemas cardiovasculares serios, incluso desórdenes alimenticios, de ahí la importancia de prevenir”, dijo la experta en Nutrición.

La recomendación es sustituir las golosinas por frutas y alguna colación, pueden ser barras de cereal con amaranto o granola y miel.

Un aspecto a considerar sobre el consumo de azúcares, es que los pequeños pueden obtener más del 50 por ciento de calorías que necesitan a través de los dulces o carbohidratos o harinas.

La especialista mencionó que es posible determinar si un niño o adolescente presenta obesidad y sobrepeso, si su índice de masa corporal (IMC) es mayor a 30, incluso a 40, en donde ya se consideraría una problemática de obesidad mórbida.

De acuerdo con la última Encuesta Nacional de Salud, las cifras de obesidad son preocupantes no sólo en población infantil, sino también en adolescentes, misma que arrojó que el 26 por ciento de escolares presenta exceso de peso corporal y más del 30 por ciento registró obesidad y sobrepeso.