Las hierbas frescas pueden hacer que cualquier platillo casero sepa mucho mejor. Fin y al cabo, el pesto no sería lo mismo sin albahaca. El pollo rostizado siempre sabe mejor cuando es sazonado con un poco de romero. Y un poco de menta con cilantro hará maravillas para casi cualquier ensalada.

Sin embargo, las hierbas pueden ser un poco delicadas. No duran tanto tiempo en el refrigerador y las hojas adicionales pueden hacer un poco difícil la preparación. Por esto mismo aquí te enseñaremos la manera correcta de hacerlo aquí con tres hierbas como ejemplo:

Cilantro

Procura lavarlo bien porque puede tener tierra o arena. Enjuaga dos veces, una vez antes de cortar y otra vez después. Simplemente arranca las hojas del tallo, evitando usar cualquier cosa que parezca café.

Amontona las hojas en una pequeña pila y pasa el cuchillo con un movimiento suave y en círculos desde la base del filo hasta la punta para cada corte.

Conforme se van haciendo pequeñas las piezas, giralas para hacerlas más pequeñas hasta conseguir el tamaño deseado. Mientras más gires y cortes, más pequeños serán los pedazos.

Romero

Cortar el romero funciona de manera similar que con el cilantro. Empieza al remover las hojas del tallo. Pueden ser removidas más fácilmente si agarras el tallo de un extremo y pasas los dedos en el sentido contrario de donde crecen las hojas. Acomoda todo en una pila y pasa el cuchillo, girando para hacer los cortes tan finos como desees.

Albahaca

Para la albahaca, tendrás que usar una técnica de corte distinto. Primero lava las hojas y luego arrancalas del tallo. Pon las hojas una arriba de la otra, luego las vas a enrollar de manera apretada. Ahora haz cortes finos desde un extremo hasta el otro, pero sé gentil ya que la albahaca se vuelve café si lo maltratas. Tus cortes harán pequeños listones de la albahaca.

Para cualquier hierba, conserva los tallos en el congelador para luego agregar a caldos, salsas o infusiones. Las hierbas en sí pueden ser guardadas envolviendolas en una toalla húmeda y metiéndolas en el refrigerador. O si no las has removido de los tallos, puedes ponerlos de pie en un pequeño vaso o una vasija con agua. Durarán varios días más que si los metieras en una caja de plástico o una bolsa del super.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.