Asbestos solía ser una sustancia milagrosa. Una roca abundante, se deshace en pequeñas fibras que se mezclan fácilmente con yeso, tejidos, tejas y materiales de construcción, volviéndolos altamente resistentes al fuego (pirorretardantes). Pero no es lo único que hacen estas fibras. Cuando las tejas se rompen, el aislamiento se desgasta, se quiebran las calderas o se acumula el polvo, esas fibras de asbestos llegan a tus pulmones dónde causan cáncer entre otras enfermedades.

Investigadores en la Universidad Politécnica de Turín en Italia, han descubierto un método más seguro de hacer materiales resistentes al fuego. El suero de leche, un subproducto de la producción de queso, contiene caseína, que contiene muchos grupos de fosfato. Los grupos de fosfato son importantes porque cuando se incendian, rápidamente se carbonizan, dejando de dar lugar para que siga creciendo el fuego.

Para poner a prueba las capacidades pirorretardantes del suero de leche los investigadores cubrieron tres tejidos diferentes en un baño de agua y caseína. Ya secos, los investigadores incendiaron los tejidos. Las llamas en el tejido de algodón con caseína se extinguieron tras consumir sólo 14% de la tela. Solamente 23% del tejido de poliéster se consumió antes de que el fuego se extinguiera. La caseína no pudo evitar que se quemara completamente un tejido de algodón y poliéster, pero si alentó el proceso al hacer que tardará 60% más del tiempo que hubiera tardado normalmente.

Este es un comienzo prometedor, pero hay mucho más por hacer antes de que materiales con caseína estén disponibles para el público. Un reto es asegurarse que la cubierta de caseína no se quite al lavar el material. Otro reto es asegurarse que materiales cubiertas con un lácteo no presenten malos olores que evitarían que la gente lo comprara.

Aún así, decidir entre un mal olor, contraer cáncer o prenderte en llamas, la decisión no deberá ser difícil.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.