Apodos, chistes de Pepito, antenas hechas con ganchos, letreros en mercados, memes y muchos ejemplos más son muestra de que nuestro querido México respira creatividad día a día. Lo bonito es cuando esta creatividad lleva estrategia, es útil y se hace con conciencia de diseño.

Paseaba por un bazar de la Ciudad de México y me encontré con un puesto de pulseras, collares y aretes hermosos; cuando caí en cuenta de que son hechos por una amiga de la infancia. Me dio mucho gusto ver que hace cosas tan lindas y nos quedamos platicando por un buen tiempo, me dijo cosas fascinantes acerca de sus creaciones.

 

¡México necesita personas así!

Así es, al platicar con mi amiga me di cuenta que todos nosotros podemos ser así de creativos, no en la misma tarea, pero sí en la que más nos gusta. Rescaté consejos que me parecen muy valiosos:

Gusto. Las cosas que nos atraen llenan un pedacito de nuestra alma, sea música, libros, teatro, tejido, videojuegos, escultura, pintura, lo que sea. En cuanto te gusta algo, puedes imaginar la manera de mejorarlo, pienso que es la primera puerta hacia la creatividad.

Aprendizaje. Porque sabemos que nadie nace sabiéndolo todo. Una vez que ya identificas lo que te encanta puedes aprender a hacerlo, conocer diferentes técnicas, materiales y herramientas, cuando lo domines podrás explotar tu creatividad.

Pasión. El placer de crear es invaluable, cuando haces algo que te gusta, en lo que has invertido cariño, tiempo, esfuerzo e imaginación se vuelve divino. En ese momento te enamoras tanto que quieres más, ese deseo te lleva a hacer cosas inimaginables. Me cuenta mi amiga que le emociona mil veces más comprar material para sus artesanías que bolsas, zapatos, ropa o perfumes.

Único. Al crear debes buscar que cada una de tus piezas sea auténtica, única, especial, irrepetible, ¿qué chiste tiene hacer siempre lo mismo? Eso sí, cada cosa que haces lleva tu personalidad y estilo, eso siempre lo transmitirás.

Equipo. Nunca te cierres, compartir puntos de vista siempre podrá enriquecer tu trabajo, ¡y qué mejor si es una labor en conjunto!, donde las aportaciones de los demás terminarán en cosas maravillosas. Mi amiga, por ejemplo, hace los diseños con su novio, ¡está súper cool!

Satisfacción. Siente orgullo por lo que creas; si no te encanta la primer versión, lo puedes repetir hasta que estés conforme y puedas mostrarlo al mundo con gozo.

Utilidad. Si tus creaciones, además de gustarte a ti, significan un bien para los demás es un círculo virtuoso que vale la pena.

Futuro. Si dentro de todo, tienes planes a largo plazo en el que te gustaría crecer tanto como para ser un grupo grande y generar empleos está increíble. ¡Nuestro país necesita más gente emprendedora!

Innovación. Vivimos en medio de la tecnología, es una verdad, así que abrazar las tendencias nunca te vendrá mal. Aunque mi amiga vive en el  D. F., ha podido enviar piezas a provincia, eso es tener visión, jamás supe que vendieran artesanías por Internet.

Sustento. Si tu pasión, además de llenarte el alma te da de comer, estás en la gloria. ¿Cuántas personas conoces que no disfrutan su trabajo? La onda es amar lo que hacemos y vivir de ello. ¿No lo crees?

Sabes, no importa lo que hagas día a día, siempre puedes explotar tu creatividad para hacerlo de una manera más eficaz, innovadora y hasta divertida, así como mi amiga con sus artesanías. Lo ideal es que todos nos pongamos creativos para no caer en una gris monotonía.