Cuando a los humanos nos cortan, nuestra sangre se coagula para intentar crear un bloqueo semi-sólido para que no perdamos más sangre de lo necesario.
En cuánto al ámbito de la inteligencia de las plantas, esta palabra no describe con exactitud su respuesta a su entorno. Cada vez entendemos mejor las maneras elaboradas y eficientes en las que las plantas reaccionan ante el mundo. ¿Sabías que una planta sabe cuando se la están comiendo? ¿Sabías que además no les agrada mucho?
Las plantas tienen su propia versión de coagulación, pero los detalles de cómo esto funciona siempre han sido un misterio. Cuando cortas una planta, parece que dirige sus nutrientes y minerales alrededor de la “herida,” sellando la zona para proteger las partes más sanas de la planta. No es tanto un mecanismo de curación como lo animales, sino más como una cauterización para detener el “sangrado.”
De hecho, las plantas no tienen sangre, no la necesitan. Lo que hacen en vez es abrir y cerrar canales entre células. Las células animales son mucho más móviles, la sangre fluye, las células de piel crecen y se mueven hacia la superficie para reemplazar las células viejas, esa clase de cosa. Pero las células de las plantas no son así, son más como el coral, pegadas unas con otras para crear una estructura y permanecen sin moverse.
Así que dado que las células de las plantas no pueden moverse, debe haber alguna manera de transmitir todas estas cosas de una parte de la planta a la otra. Los nutrientes hacen crecer a la planta, los minerales lo mantienen saludable, variacs comunicaciones la dejan saber si está en peligro. Todo esto se mueve de célula a célula a través de pequeños pasajes en las paredes de la célula conocidas como plasmodesmas.
La sustancia en la entrada de estos pasajes se llama callosa, un depósito como glucosa que crea la planta. Los niveles de la callosa suben y bajan, un proceso no muy bien entendido. Básicamente si hay mucho, los pasajes de plasmodesmas están bloqueados y nada pasa a través de ellos, si hay muy poca, las plasmodesmas permanecen abiertas.
Los investigadores descubrieron que la cantidad de callosa en cualquier momento dado de la planta puede ser controlado por unas enzimas responsables de todo tipo de estimulación. Si una planta está infectada con alguna clase de bacteria, la planta sabe que esta bacteria puede recorrer los pasajes de plasmodesmas, entonces la callosa cierra estos pasajes.
Si hay algún problema físico,como una cortada, la callosa se acumula para evitar que la planta intente introducir nutrientes en una parte de la planta donde no sobrevivirán. Algo interesante es que la callosa que se encuentra alrededor de una cortada en la planta, pero en la parte saludable, reducirá de manera significativa, permitiendo que esa parte de la planta crezca más rápido.
Entender la manera dinámica en la que las plantas responden al estrés es interesante, pero también puede ser muy valioso para granjeros. La planta tiene una defensa natural cuando está enferma. ¿Podría usarse para mantener las plantas saludables y quizá hacerlas crecer más rápido al reducir los niveles de callosa en ciertas partes de la planta? Quién sabe, pero definitivamente es una posibilidad.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.