Las relaciones nunca son equitativas. Uno de los dos siempre va a querer al otro más, hará más esfuerzo y le importará demasiado. Claro, eso está bien, pero ser esta persona que da más es bastante cansado.

Duele nunca sentir que te aman de la misma manera que tú amas a los demás. El mundo es un lugar solitario para estas personas a quienes les importan las cosas con cada fibra de su ser.

Si eres esta persona, buscas los momentos en que te bañan con atención y afecto. Podrán ser pequeños y poco comunes, pero si le buscas, te darás cuenta que si existen estos momentos. Podría ser algo muy sencillo o hasta una gran demostración.

Una vez que ajustes tu perspectiva, puede que te des cuenta que estás recibiendo tanto como lo que entregas.

Tienes que aprender a decir las cosas que sientes y piensas cuando es necesario. A diferencia de ti, la mayoría de la gente no puede leer las mentes de los demás. Casi todos son egoístas y no están dispuestos a darles más de lo que se les pide.

Puede que te hayas limitado con lo que le pides a los demás por no querer ser una carga o una molestia, pero es importante para tu corazón conseguir lo que realmente quieres.

A veces cuando todo lo demás falla, es lo mejor simplemente aceptar lo que es y lo que eres. Siempre eres la persona a quien le importa más y esto nunca cambiará. No amar de otra manera o entregar menos de ti mismo.

No te sientes sincero o genuino si no te entregas completamente. Te importa y amas con todo tu ser y esta capacidad es bella y rara en este mundo.

El mundo puede cansarte y aveces hacerte sentir aislado, pero lo positivo es que tu amor es eterno. Te vuelve uno de los seres más bellos y raros que brillan en la luz y la bondad.

Busca momentos en donde a los demás les importe y no tengas pena en pedir amor cuando lo quieres. Lo más importante es que te mantengas auténtico y siempre le seas fiel a tu corazón, todos te aman como eres.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.