Existió un momento en tu vida seguramente (seguramente mientras estabas en la universidad) donde bebías todos los fines de semana, quizá algún día o dos entre semana.Esta clase de comportamiento se va moderando con la edad, y pasas de un tiempo donde bebes mucho sólo en los fines de semana y vas pasando a un tiempo donde bebes menos, pero con mayor regularidad.

Quizá vayas notando que se vuelve más difícil optar por otra cosa para tomar. Si esto describe tus hábitos para beber, ¿deberías de preocuparte?

Cuando se trata del alcohol, existen unas reglas claras, pero según los expertos, una bebida o dos diarias no son necesariamente algo malo.

Cuándo está bien beber por las noches

Una bebida o dos en sí no es señal de abuso o adicción. Mucha gente en culturas europeastradicionales suelen beber vino con sus almuerzos. Incluso han habido estudios sobre la dieta mediterránea y resulta que siete copas de vino a la semana puede ser saludable para el corazón.

Pero existen excepciones, dependiendo de factores como cuánto consideras tú que es una copa, por ejemplo. Si tu copa contiene un litro de vino o tu cocktail tiene tres shots, eso es más de una bebida.

Si bebes cuatro o más copas por noche o si tu consumo semanal excede las 14 bebidas, quedas en riesgo elevado de padecer de un problema de adicción o abuso.

Separando la dependencia de la adicción

Aunque te sientas irritable o ansioso cuando te falta tu bebida de la noche, no es necesariamente señal de adicción.

La dependencia frecuentemente va de la mano con la adicción, pero no son lo mismo. Puedes volverte dependiente de casi cualquier sustancia si es parte de tu rutina diaria, pero eso no lo vuelve una adicción.

Digamos que te echas una copa cada día al volver del trabajo. Tu cuerpo y tu cerebro se acostumbrarán a este ritual diario y puede que te pongas ansioso cuando no cumples. Pero lo mismo te pasa si te acostumbras a cenar a la misma hora todos los días y un día se te hace tarde la cena.

Cuando se trata del sueño, comer o cualquier sustancia, cualquier cosa que altere tu rutina normal te va a causar una reacción del estilo, pero no necesariamente es una indicación de que abuses de que tienes un problema.

Cuándo deberías de preocuparte

Si tu familia tiene historial de alcoholismo, especialmente si uno o ambos de tus padres tienen problemas de abuso de sustancias, necesitas tener cuidado con el alcohol y será mejor limitar tu consumo.

También, si tu primera bebida del día te lo tomas de fondo o te acabas tus cocktails de dos tragos, es más indicativo de beber excesivamente que de un patrón de consumo de alcohol de bajo riesgo.

Lo mismo aplica si combinas unas noches a la semana de bebida ligera con fines de semana de fiesta fuerte. Normalmente se define como consumo excesivo cinco bebidas en un lapso de dos horas. Si esto describe tus fines de semana y además bebes todos los días entre semana, estás firmemente en la zona de peligro.

Otros momentos donde hay que moderar

Sonará a un cliché cuando alguien bebe cuando algo está pasando en su vida, pero esta clase de bebida puede ser dañino. Si usas el alcohol para lidiar con cuestiones emocionales, rápidamente te podrás encontrar bebiendo a un nivel problemático.

Si normalmente bebes una copa o dos al día, pero bebes más cuando tienes un día difícil, esto podría ser un problema importante cuando los cambios en la vida resultan en estrés.

Si tienes noches donde te cuesta controlar cuánto bebes, también es un problema. Quizá fuiste a una fiesta y tu intención fue sólo tener un par de bebidas y volver manejando a casa, pero terminas ahí toda la noche hasta que ya no puedes manejar. Este es un ejemplo de no tener control de cuánto bebes.

Si notas esto, debes de evaluar tu comportamiento ante la bebida.

Lo mismo aplica si tu hábito aumenta gradualmente. Si solías beber una copa de vino con la cena, pero ahora te echas tus cocktails antes de cenar y todavía acompañas la cena con un vino, es un problema.

Y finalmente y más importante, cualquier indicación de que tu vida social, personal o profesional está sufriendo debido a tus hábitos, es señal de que necesitas un cambio. Esto aplica sin importar cuánto bebas.

Existen muchos factores individuales y genéticos que cambian cómo te sientes después de beber. Pero si el alcohol está impactando de manera negativa tu vida o te preocupa cuánto estás bebiendo, debes hablar la respecto y poner las cosas bajo perspectiva.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.