Sus manos se mueven ligeras sobre el piano y los acordes del Impromptu No. 1 de Chopin fluyen sin contratiempos.

“No tengo una melodía favorita, tengo muchas, por ejemplo el Impromptu (pieza breve en la que se improvisa) ”, dice a CNNMéxico Daniela Liebman, una niña que a sus 11 años ha tocado junto a reconocidos pianistas y fungido como solista frente a orquestas nacionales y de otros países.

Con cuatro años de trayectoria profesional, Daniela -nacida en Jalisco, al occidente del país-, ha interpretado su repertorio en varios países de Europa, Asia, Estados Unidos y México. En 2012 se convirtió en la primera latina en ganar el International Music Piano Competition, celebrado en Estados Unidos.

“Cuando me dejo llevar, siento que soy parte de la música, que en vez de yo estar tocando el piano, el piano me toca a mi…, al mismo tiempo tengo que concentrarme mucho porque si me dejo llevar completamente, voy a fallar en memoria”, dice.

Daniela nació en una familia de artistas, su padre, Robert Liebman, es violinista y su abuela concertista de piano. Su educación musical empezó con la práctica del violín, pero una vez que tocó el piano que sus padres le compraron cuando tenía tres años, su manos ya no se despegaron de ahí, relata.

Las primeras lecciones las recibió de su padre, pero a los siete años ingresó al Instituto Universitario de Bellas Artes de Colima, bajo la tutela del ruso Anatoli Zatin, compositor, músico y director de orquesta.

Zatin advierte que además de talento, la niña tiene la ventaja de contar con el apoyo de su familia y de la Universidad de Colima. “Familia, talento y maestro” son, en opinión del profesor, los tres elementos claves para que un artista trascienda.

Según su profesor, quien es director del Instituto Universitario de Bellas en Colima, la solista es la más joven en tocar un concierto completo con orquesta.

Armando Torres Chibrás, director de orquesta e integrante del Sistema Nacional de Fomento Musical del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conalculta), dice a CNNMéxico que no existe un registro del pianista más joven tocando frente a una orquesta pero que es importante que los niños aprendan música y se formen en esa disciplina.

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[sws_red_box box_size=”700″] Giras y reconocimientos [/sws_red_box]

En junio de 2012, Daniela formó parte del grupo de 50 niños procedentes de todo el mundo que compartieron escenario con el pianista chino Lang Lang, considerado uno de los artistas más prolíficos en el mundo, y una de las 100 personas más influyentes del planeta por la revista Time.

“Lang Lang es un pianista muy famoso y empezó igual como a los tres años (…) A parte de ser un pianista genial, tiene mucha personalidad, es chistoso”, dice Daniela. En mayo pasado, volvieron a compartir escenario en la Ciudad de México.

Aunque ha tocado en varias partes del mundo, Daniela dice que el Teatro Degollado, en Guadalajara, es el sitio que siente como hogar. Al ingresar saluda con familiaridad a los técnicos, tramoyistas y a los responsables del recinto.

“El concierto que más me ha emocionado es aquí, en el Teatro Degollado y tocando el concierto de Mozart número 8. Es un teatro hermoso, grande, tiene buena acústica. Cuando toqué aquí, todo el teatro aplaudiendo, es una experiencia única, inexplicable, un sentimiento muy bonito”, recuerda sonriendo.

La joven ofreció en 2012 dos conciertos como solista con la Orquesta Filarmónica de Jalisco (OFJ) y este año repitió su participación en la temporada 2013. En octubre próximo viajará a Nueva York para participar como solista con la Orquesta Park Avenue Chamber Symphony en el Carnegie Hall.

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[sws_red_box box_size=”700″]El sueño de una familia [/sws_red_box]

Daniela dice que quiere ser la mejor pianista del mundo, pero también otras cosas le entusiasman: su perro Chester, el chocolate, leer, el ajedrez y escuchar además de jazz, a los Beatles.

Como es hija única, dice que su perro es muy especial, “con quien comparto todo, me enamoré de él, no es el perro más bonito pero yo lo veo con ojos de amor”.

Habla y sonríe todo el tiempo. Cuando no está frente a la cámara o el piano, juega con Chester, canta, baila, se descalza, no hay un momento de quietud.

“Daniela es tremendamente traviesa, tiene una curiosidad inmensa”, dice Ana, su madre. Dice que “no ha perdido su parte de niñez”, y advierte que la pequeña tiene responsabilidades como cualquier chico de su edad, pues además de practicar en el piano, recibe clases particulares de primaria en inglés y español.

“A los niños se les descubre, se les entrena, pero llega un momento en donde si el niño no está enamorado del piano, no sirve de nada, Daniela está enamorada del piano”, asegura su madre.

Robert coincide y confiesa que al principio, era su sueño convertir a Daniela en una gran pianista, pero hoy es una meta compartida su hija, a quien apoya en sus prácticas y se asegura que forme su carrera con base en tres tópicos que considera los más relevantes “la disciplina, la constancia y el trabajo”.

CNN