Quizá te ha pasado que tienes que evitar a la persona que te ha estado mirando mucho en los últimos minutos antes del conteo regresivo para año nuevo. Tan pronto llega el momento que quedan diez segundos para que termine el año, te encuentras con tu mano sobre la cara de alguien que quizá quiso robarte un beso.

O quizá hayas estado en un cuarto lleno de gente besándose una vez empiezan los primeros segundos del nuevo año mientras te preguntas “¿por qué la gente se besa en año nuevo?

Existen una variedad de culturas antiguas a los cuales podemos agradecer por esta tradición. Los romanos, por ejemplo, festejaron el solsticio de invierno con una celebración a Saturnalia hacia finales de diciembre. Estas fiestas las celebraron con un maratón de alcohol, festines y sexo grupal.

Algunos creen que la tradición del beso de año nuevo  es una manera más ligera de este festejo romano libidinoso.

Otra vieja superstición dice que la manera que empiezas el año dictará cómo seguirán el resto de los días del año. Por lo tanto, el folklore inglés y germánico decía que besar a la persona que amas durante el inicio del año hará que se cumpla esa relación durante el año. Esta superstición también aplicaba a la inversa, ósea que si no besas a esta persona, dictaría que no llegaría a suceder la relación.

Otras tradiciones germánicas para final de año incluyen derretir plomo y guardando escamas de carpa en tu billetera para buena suerte.

A lo largo de Europa, bailes enmascarados se volvieron una forma popular de festejar el fin del año. Las máscaras simbolizaban espíritus malignos y cuando llegaba la medianoche, la gente agarraría a la primera persona que tuvieran a lado y le plantarían un beso, de cierta manera purificandose de las malas vibras del año pasado.

Mientras tanto, en Escocia, la gente festejaba el Hogmanay, una celebración que tiene sus raíces desde las invasiones vikingas en el S.VIII y el S.XIX. Una de las tradiciones de esta fiesta era el beso, per a diferencia de la tradición actual, se trataba de besar a todos los que tuvieras a la vista, ya fueran amigos o desconocidos.

Así que ahora lo sabes, han sido siglos de presión acumulado que nos ha hecho mantener viva esta tradición de intercambiar babas tan pronto el reloj marca las 12 de la noche el día del año nuevo.

Pero con los cambios que han habido en el mundo, uno podría decir que el 2017 es el año del consentimiento. Así que estas viejas tradiciones quizá ya no sean bien recibidas en una sociedad donde besar a alguien sin permiso puede considerarse un ataque sexual.

Así que por nada dejes de practicar esta interesante e íntima tradición que lleva milenios en práctica,  simplemente procura que la persona a quien vayas a besar quiere besarte a ti también. Dejemos las malas conductas atrás en el 2017 y tengamos un excelente y respetuoso 2018.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.