Cuando llega el año nuevo, mucha gente se propone comer más sano. Pero un reto de un año puede ser mucho más difícil de lo que creerías. Podrás asumir que te verás y sentirás instantáneamente mejor, pero además de eso hay otras consecuencias que quizá sean más inesperadas que notarás en tu organismo y mente, especialmente si haces los cambios rápido.

Claro, esto no es ninguna razón para no seguir con la dieta y tus propuestas de año nuevo, pero siempre es bueno estar informado y preparado para cualquier cambio que podría sorprenderte en tu cuerpo.

Problemas para ir al baño

Si estás comiendo más sano, probablemente estés consumiendo más frutas y verduras. Pero llevatela leve al principio del cambio de dieta y dale tiempo a tu cuerpo para ajustarse al mayor consumo de plantas. Si aumentas muy rápido tu consumo diario de fibra que proviene de verduras y frijoles, podrías sentir un cambio en el movimiento de tus tripas. Si comienzas a tener problemas para ir al baño durante el inicio de cambio de dieta, sólo consume un poco menos de frutas y verduras y tu panza se regularizará. Si te cuesta trabajo ir al baño, recuerda que debes beber entre unas 60 a 70 onzas de agua al día.

Subes de peso accidentalmente

Ciertos problemas en cómo preparas la comida pueden sabotear tu pérdida de peso. Unos ejemplos típicos incluyen saltear todo en aceite de coco, comer demasiadas rebanadas de manzana con crema de almendra o tomar licuados demasiado grandes. Todas son opciones sanas, pero el exceso contiene demasiadas calorías como para ayudarte con tu dieta.

Sobrecompensación

¿Conoces esas dietas temporales que se ponen de moda que te piden que elimines completamente todo alimento de cierta categoría por un rato, tipo lácteos, carbohidratos, azúcar, alcohol, soya o legumbres? Quizá bajes unos kilos de peso, pero quizá pierdas perspectiva de lo que es una dieta sana. Luego descompensas tu bienestar en general al hacer cosas como dejar de salir a comer con gente por miedo de la tentación de querer comer algo que no debes. Otra cosa que puede sucederte con este tipo de dieta es que te aburras de lo que comes, lo cual no te incentivará para seguir con tu plan de bajar de peso. Busca un plan de dieta que sea sustentable para cada mes. De esa manera puedes variar tu alimento y premiarte de vez en cuando.

Gases

Verduras como el brócoli, col de bruselas, col y coliflor están llenos de nutrientes con propiedades que previenen el cáncer. Pero también producen muchos gases dentro de tu cuerpo. Pueden causarte calambres e hinchamiento, así que vas a querer llevarla con calma con este tipo de verdura. Cuando consumas estas verduras, es recomendable que los mezcles con otras para evitar acumulación de gases.

Agotamiento

Quizá ya te hayas hartado de tanta comida sana y sólo quieres algo que sepa más rico de lo normal, o probablemente se te haya olvidado preparar tu comida para el día con anticipación. Quizá todo esto de comer y ser sano es demasiado trabajo como para hacerlo toda la vida, entonces nada más pides algo a domicilio. Esto le pasa a todos, por eso es importante manejar tu tiempo. Tienes que preparar tus almuerzos con anticipación o simplemente no tendrás tiempo de hacer nada en el día.

Es bueno tener a la mano varios alimentos que ya estén listos para ahorrarte tiempo de preparación si te está costando seguirle el ritmo a la vida sana.

Desilusión

Las metas son excelentes herramientas para la motivación. Pero también se cierto modo te preparan para sentirte mal si te impones metas irrealistas, como bajar 5 kilos en una semana o no comer nada de carbohidratos. Puede que te enfoques demasiado en un sólo aspecto de la dieta que olvidas todos los otros aspectos del bienestar, como dormir mejor. Por esto siempre es importante saber por qué estás queriendo vivir más sano y qué es lo que esperas conseguir. Esta es una mejor manera de evaluar lo que buscas de esta dieta y te asegurará un camino más estable a tu éxito.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.