
Dejar de idealizar: amar en realidad, no en fantasía
Idealizar a tu pareja es fácil cuando estás enamorada: la ves sin defectos. Pero esa versión de “amor ideal” puede convertir una relación en una ilusión y alejarte de la conexión real.
¿Por qué idealizamos?
Según la psicóloga Sara González Juárez, la idealización implica exagerar virtudes y minimizar defectos, lo que genera expectativas poco realistas bloqueantes para el vínculo. Desde un punto de vista psicológico, esto puede ser una defensa emocional contra inseguridades o baja autoestima, como explica ACM Psicólogos.
Riesgos naturales de la idealización
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Crea presión en la relación al esperar la perfección.
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Genera decepción cuando la realidad choca con la ilusión.
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Afecta tu bienestar emocional al ponerte en un pedestal inseguro.
Además, un artículo de El País señala que idealizar a alguien —especialmente en relaciones intensas sin compromiso— puede prolongar el dolor emocional y dificultar el cierre necesario para sanar.
Estrategias para amar sin fantasía
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Reconoce la distorsión: enumera cualidades y defectos reales, como recomienda Aela.es para fomentar una visión equilibrada.
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Reestructura las expectativas: usa la terapia cognitivo-conductual para ajustar creencias como “tiene que ser perfecto” (fuente).
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Comunicación sincera: habla con claridad sobre tus necesidades en lugar de esperar que él las asuma.
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Abraza la imperfección: el verdadero amor está en la aceptación, no en la aspiración constante.
En Caracteres hemos hablado de este tema en “Amar no es sanar a nadie (ni a ti misma)”, donde exploramos cómo el amor auténtico requiere aceptar personas, no proyectar esperanzas.
Publicado por Redacción.