Dos laboratorios en China han logrado independientemente transformas células de la piel en neurones utilizando únicamente un coctel de químicos, un grupo uso las células del cuerpo humano de individuos saludables y pacientes con alzheimers y el otro grupo usaba células de ratones. Ambos estudios refuerzan la idea que un método completamente químico es una forma prometedora para la investigación de reprogramación celular.

Uno de los mayores desafíos de hacer cambiar de identidad las células es que el resultado parecerá normal a la vista, pero las células nuevas tienen actividades internas distintas que sus contrapartes naturales. Ambos estudios revelan que una expresión similar de genes, potencial de acción y formación de sinapsis puede ser detectado en neuronas transcribidas por un factor inducido que aquel de los que son generados por el coctel.

Descubrieron que el proceso de conversión inducido por la estrategia química es acompañado por una regulación de genes específicos y una expresión incrementada de factores transcriptivos neuronales. Al coordinar múltiples señales, estas pequeñas moléculas modulan la expreción de genes de factor de transcripcion neuronal, por lo tanto promoviendo la transición a células neuronales.

También se observó que este proceso puramente químico puee usarse para hacer neuronas de las células de piel de pacientes con alzheimers. La mayoría del trabajo utilizando células madre de pacientes se ha hecho usando factores de transcripción–moléculas que afectan qué genes son expresados en una célula, para crear celulas madre pluriponentes. La reprogramación celular es visto como una alternativa para modelos de enfermedades o incluso una potencial terapia de reemplazo celular de desordenes neuronales.

Debería ser posible generar subtipos de neuronas con un método químico similar, pero usando cocteles químicos un poco menos modificados. También se tiene que explorar si las neuronas funcionales podrían ser inducidos por cocteles químicos en organismos vivos con enfermedades o lesiones neuronales.

Publicado por Othón Vélez o’Brien.