Los Playoffs de la FedEx Cup llegan a Chicago para la disputa del BMW Championship. Al campo de Conway Farms Golf Club (Chicago) saldrán los 70 mejores jugadores del año en el PGA Tour. Para algunos, su presencia en el Tour Championship de la semana próxima está más que asegurada. Para la mayoría, su clasificación para el torneo de East Lake permitirá calificar la temporada como notable o suspenso.

Henrik Stenson se presenta como líder de la FedEx Cup después de su espectacular verano, culminado con la victoria en el Deutsche Bank hace diez días. El jugador sueco mirará por el retrovisor a rivales como Tiger Woods, Adam Scott o Matt Kuchar. Todos con la firme intención de mantenerse entre los cinco primeros del ránking y depender de sí mismos en el último torneo del año.

Existe otro grupo de jugadores que tampoco deberían tener problemas para jugar en Atlanta pero que buscarán una buena posición que les permita ganar el codiciado premio de 10 millones de dólares el próximo 22 de septiembre. Para ellos, el BMW Championship no es más que una carrera de clasificación, similar a la de los sábados en la Fórmula 1, con el objetivo de conseguir los mejores puestos en la parrilla de salida el próximo jueves.

Pero existe un tercer grupo mucho más numeroso que ve que el BMW Championship definirá la temporada. Un examen final cuya nota denotará si la temporada ha sido buena, mala o simplemente mediocre. En este grupo nos encontramos jugadores de talla mundial como Sergio García o Rory McIlroy sin olvidarnos de los Luke Donald, Ian Poulter o Lee Westwood.

Empecemos por el español. Su cuarto puesto en Boston el pasado lunes le ha permitido situarse entre los 30 primeros de la FedEx (24º) por lo que tendrá en su mano clasificarse para la semana que viene. Un top ten le aseguraría su presencia en East Lake pero a partir de aquí, el de Borriol tendría que esperar a los resultados de los que ahora mismo están por detrás. Sería la cuarta vez que Sergio llega al Tour Championship desde la creación de los Playoffs y significaría una salvación a una temporada de buen juego pero sin la recompensa de la victoria.

La tesitura a la que se enfrenta Rory McIlroy es diametralmente opuesta a la de Sergio, aunque el resultado podría ser el mismo. El norirlandés está atravesando su peor año desde que es profesional. Empezó la temporada como número 1 del mundo y un megacontrato pero los resultados han sido, simple y llanamente, muy pobres. Actualmente ocupa el puesto 41, lo que le da plenas opciones de llegar a Atlanta con unos buenos cuatro días de golf en Chicago. Quién sabe, quizá recupere su magia en la casa de Luke Donald.

Hablando de Donald… Por conocimiento del campo (es socio de la sede) parte como uno de los favoritos. Por calidad, también. Por nivel actual de juego, no se acerca ni al top 20. Si la temporada de Rory ha sido mala, la del inglés ha sido desastrosa. Apenas ha merodeado por los puestos de cabeza y de los últimos torneos ocupó la plaza 41 y no pasó el corte ni en el British Open ni en el PGA Championship. Cifras muy malas para un ex número 1 del mundo que sin embargo, en su club, tendrá la oportunidad de redimirse.

Sus compatriotas Lee Westwood e Ian Poulter tampoco han brillado esta temporada. Es cierto que fueron protagoistas en la última jornada del British Open… y poco más. En defensa de Westwood (puesto 30) está su solidez en el juego, no ha fallado ningún corte esta temporada pero tampoco ha cosechado grandes resultados. Poulter (52º), por su parte, ha tenido una temporada de vaivenes con cortes fallados en torneos importantes pero su garra y competitividad hace que no se le pueda dar por muerto jamás.

Se trata, junto con Justin Rose (7º), del núcleo duro de la Ryder Cup y quizá por ello destaquen su situación. Con todo, la calidad que atesoran, su competitividad y su capacidad para sobreponerse a momentos de presión están fuera de toda duda. Tienen cuatro días para mejorar, confíemos en que lo harán.

Fuente: (6Cero)