El año 2012 ha sido histórico para la física de partículas. Tras los problemas iniciales, aparecidos durante las primeras pruebas de funcionamiento del acelerador de partículas del CERN, se han hallado las primeras evidencias empíricas de la fascinante “Partícula de Dios” o Bosón de Higgs, cuya existencia completaría el Modelo Estándar de Física de Partículas. Se abre una puerta a nuevos y apasionantes descubrimientos que puede que cambien la historia de la humanidad.

Acelerador de Partículas, CERN

El 4 de Julio de 2012 el acelerador de partículas de la Organización Europea para la Investigación Nuclear, más conocido como CERN y situado en la frontera entre Suiza y Francia, mostró unos resultados que ni el más optimista de los científicos de mediados del siglo XX hubiese soñado.

Tras una serie de experimentos en los que se ha sometido a haces de protones a colisiones brutales, han aparecido lo que serían las primeras evidencias de que el Bosón de Higgs (o como le gusta llamarlo a la prensa, partícula de Dios), existe.

La existencia de esta escurridiza partícula (han hecho falta inversiones millonarias y el trabajo de científicos, ingenieros y operarios que se han afanado desde los años 90 del siglo pasado, en conseguir encontrarla) fue predicha en 1964 por Peter Higgs, como consecuencia de la lógica exigida para poder completar el Modelo Estándar de Física de Partículas.

¿Por qué el modelo propuesto por Higgs anticipa la existencia de esta humilde partícula? La respuesta es al tiempo una pregunta… La pregunta: ¿por qué existe la materia? O dicho de otro modo: ¿podría no existir la materia? ¿Existe la nada?

El ser humano tiene (cree tener) explicación para todo lo que ocurre unos instantes después del Big Bang y que disparan la secuencia: materia, universo, estrellas, planetas, seres vivos, humanos… Pero no tiene todavía una explicación completa de lo que precede al momento mismo de la aparición de la materia. Son cuestiones que casi todo el mundo se hace y sólo el pensar en ellas, produce una sensación que va desde el desasosiego a la sobrecarga mental, por lo complejo e inabarcable de estas ideas. El cerebro humano no está preparado (al menos el mío) para la idea de no ser.

Como es lógico, las personas creyentes tienen ya una respuesta a estas preguntas:

Entonces Dios dijo: “Hágase la luz”. Y la luz se hizo… (Génesis: Capítulo 1.1)

Dios dijo: “Que haya astros en el firmamento del cielo para distinguir el día de la noche…” (Génesis: Capítulo 1.14)”

Hay quien piensa que cada nuevo misterio desentrañado alrededor de la física de partículas, da argumentos a los ateos y hay quien por el contrario cree que refuerza aún más la idea del polémico “diseño inteligente”.

capilla-sixtina

A pesar de todo, la búsqueda de certezas científicas no parece incompatible con la fe. Los científicos (entre los que se encuentran numerosos creyentes) quieren saber más. Quieren saber, qué es lo que otorga a la materia su propiedad más importante, la que le hace ser: la masa.

Sin masa, el universo no puede ser lo que es. La física de Newton carecería de sus fundamentos:

Fuerza = Masa x Aceleración

Fuerza gravitatoria = G x Masa1 x Masa2 / Distancia entre masas al cuadrado

Energía cinética = (1/2) x Masa x Velocidad al cuadrado

Etc…

Incluso la famosa fórmula enunciada por Einstein en 1905, quedaría huérfana:

Energía = Masa x Velocidad de la luz al cuadrado

El Bosón descrito por el mecanismo de Higgs sería la partícula fundamental que constituye un campo, presente en todo el espacio, que al entrar en contacto con otras partículas trae como consecuencia el dotarlas de masa. Así de simple y así de complejo. Los bosones de Higgs tienen una vida limitada (del orden de un zeptosegundo), lo que les hace enormemente escurridizos y que hace necesario que las capacidades humanas tanto técnicas, como científicas, se lleven al extremo en la difícil tarea de detectar (casi intuir) su presencia.

De hecho, los propios fotones son bosones que no tienen masa y se sabe que no interactúan con los bosones de Higgs, lo cual refuerza la consistencia del modelo.

El propio Higgs aún se muestra sorprendido de vivir para ver el momento en que su teoría sobre la “partícula de Dios” (a él no le gusta nada este nombre) se confirmase de manera empírica (con una alta probabilidad de certeza). Los resultados que arroja el acelerador de partículas, aún se están analizando, pero las evidencias parecen abrumadoras: las propiedades de la partícula hallada son compatibles con las esperadas para el Bosón de Higgs.

Boson de Higgs

¿Significa esto que hemos llegado a la respuesta a todas las preguntas? Ni mucho menos. Aún quedan muchos misterios sin desentrañar en el universo. Por ejemplo, aunque es bien sabido desde los tiempos de Newton que la masa es la que propicia la existencia de fuerzas gravitatorias, aún no se sabe por qué. Conceptos tan exóticos como la materia oscura o los agujeros negros, aún siguen ocupando a muchos científicos…

Muchas más preguntas que respuestas. La física de partículas, es como las muñecas rusas: cada vez que abres una, te encuentras con otra más pequeña y al abrir ésta, otra más y otra… Quizá esté en la naturaleza del ser humano la búsqueda incesante de respuestas…

¿Qué piensas sobre el origen del cosmos? ¿Son compatibles ciencia y religión?