Son muchos los artistas que han muerto sin recibir todo el reconocimiento que se merecían. Eso sí, una vez fallecidos la sociedad se ha deshecho en elogios hacia ellos otorgándoles ese “éxito póstumo” que tanto les habría gustado ver en vida. De la mano de la web especializada en empleo Jobandtalent vamos a repasar algunos casos de este tipo relacionados con artistas de renombre.
1. Vicent Van Gogh. Actualmente es uno de los pintores más admirados del mundo, pero en vida no vendió más que un cuadro a su hermano Theo. Van Gogh, que dedicó toda su vida a la pintura, acabó volviéndose loco y decidió poner fin a su vida suicidándose. Hoy sus cuadros se valoran en millones de euros.
2. Miguel de Cervantes. Es uno de los mayores representantes de la literatura de nuestro país, pero él nunca fue consciente de ello. Vivía al día con los escasos ingresos que recibía por la publicación de sus obras, siempre competencia de Lope de Vega. Hoy no hay escritor que no haya leído alguna de sus obras sin reconocer su influencia.
3. Edgar Allan Poe. Es considerado por muchos el padre del género de terror y el final de su vida fue igual de trágico: le hallaron inconsciente en una calle de Baltimore en estado de embriaguez. Era huérfano, vivía enfrentado con su padre adoptivo y se casó con su prima; además intentaba superar los problemas con la bebida, vicio con el que agravaba más sus problemas de salud. En cuanto a sus obras, nunca fueron ni entendidas ni valoradas en vida.
4. Nick Drake. Es un caso más de los muchos músicos y cantautores que sólo conocieron el éxito póstumo. Drake nunca tuvo una gran legión de seguidores que escuchasen sus magníficas canciones, toda su fama vino después. Murió en soledad a los 26 años a causa de una sobredosis de antidepresivos y pastillas para el insomnio. Dejó un legado de tres discos que actualmente son considerados de influencia internacional por varios artistas de renombre.
5. Stieg Larsson. El escritor sueco cautivó a millones de lectores con su trilogía Millenium, que llegó a ser adaptada a cine y televisión recaudando millones de euros. A pesar de ello, su inesperada muerte en 2004 a causa de un infarto le impidió ver publicada su primera obra. Pero eso no es todo, Larsson era un reconocido periodista que vivía amenazado debido a la publicación de reportajes en su revista Expo, en los que denunciaba la “amistad” entre el nazismo y el mundo empresarial.