Siempre decimos que nuestras mascotas se parecen a nosotros o que los animales adoptan algunos comportamientos humanos.
Pues aquí tenemos a un gato que al parecer le gustan los juegos de destreza… pero hasta cierto punto.
Al igual que la gente, creo que los gatos también se hartan como los niños chiquitos cuando no ven posible que vayan a ganar o si de pronto se aburren.
Iba muy bien, quien sabe por qué decidió claudicar este gato al final del juego.
Publicado por Othón Vélez O’Brien