Desde hacer contacto visual con el barman, hasta aproximarse rápidamente a la barra; muchas personas tienen diversas estrategias para que les sirvan rápido sus bebidas en un bar. Sin embargo, según los científicos, es mucho más fácil lograrlo si te paras en el lugar correcto.

Un grupo de investigadores alemanes asegura que los barman atienden más rápido a las personas que están directamente frente a ellos o que están viendo hacia la barra, en lugar de aquellos que tienen dinero en efectivo listo en las manos o que golpetean con los dedos a manera de espera.

Estas investigaciones están siendo empleadas para construir un barman robot capaz de distinguir quién realmente quiere un trago y servirle más rápido que otros.

Los investigadores de la Universidad de Bielefeld encontraron que 9 de cada 10 clientes sedientos se aproximan directamente a la barra y viendo hacia enfrente; ésta es la forma más exitosa para ser notados por el barman y atendidos.

Por el contrario, uno de cada 15 clientes mira hacia su cartera y solo 1 de cada 25 clientes hace un gesto al barman para ser atendido. Aquellos que inconscientemente no necesitan saciar su sed de forma rápida, mantienen una distancia pequeña hacia el bar y se voltean a platicar con sus amigos,  lo que envía una señal al barman que significa que no quieren ser atendidos.

El robot fue llamado James, y su cabeza es una tablet de computadora que muestra unos ojos cómicos y grandes que pueden establecer contacto con los clientes. Su boca se mueve en sincronía con sus palabras y está compuesto de un brazo metálico que forma el torso y está pegado a la barra, en donde James acepta órdenes de tragos y emplea un brazo con una mano de cuatro dedos con la que les sirve a los clientes.

La idea de los investigadores es que James desarrolle inteligencia social y comportamientos humanos.

De acuerdo con el profesos Jan de Ruiter, quien es líder del proyecto: “Para responder apropiadamente a los clientes, el robot debe reconocer el comportamiento humanos. James debe lograr entender a los clientes, sin que éstos sepan nada sobre el robot y su entrenamiento previo. En un lugar tan ruidoso como un bar, el robot no puede fiarse de los sonidos, por ello emplea el lenguaje corporal de los clientes para satisfacer sus necesidades.”

Aún esperan perfeccionar al robot para que éste atienda de manera correcta a los clientes y no ocasione descontentos. Los descubrimientos de los estudios previos están siendo la base para la programación del robot.

Sólo el sistema tendrá certeza de si los clientes quieren ordenar y entonces James del dirá ‘¿qué desean?’, muy pronto, incluso podrá saber qué cliente llegó primero para no servir de manera desorganizada.

Fuente: Quo