A menos que seas todo un Wilson Kipsang o deportista profesional del sexo, el ejercicio físico que el sexo aporta en términos de calorías quemadas no es ni por mucho relevante. Según un estudio conducido por el New England Journal of Medicine, el encuentro sexual promedio tiene una duración de seis minutos (qué triste) y sólo quema unas 21 calorías.
Pero digamos que tú no tienes sólo seis minutos de sexo: digamos que tienes hábitos sanos, te ejercitas constantemente, al igual que tu pareja sexual, y ambos pueden estar entre las sábanas en una sesión intensa de 30 minutos. Aún en esos casos, el resultado de quema calórica estará solamente en el rango de las 85-100 calorías. Como parámetro, pensemos que media hora de yoga quema entre 100 y 300 calorías.
Sin embargo, como toda forma de actividad física, el sexo puede beneficiarse de constancia y entrenamiento. El fisiólogo del ejercicio Jay Williams afirma que hay algo que podemos hacer para que nuestras sesiones de sexo cuenten como ejercicio físico. Por ejemplo, el sexo mañanero: entre las 7 y las 8 am los hombres alcanzan el punto más alto en sus niveles de testosterona, por lo que media hora de sexo antes de ir a trabajar (¿qué tal hacerlo mientras se duchan?) puede ser un calentamiento excelente para comenzar el día.
En cuanto a posiciones, hay algunas que son cómodas y permiten intimar con tu pareja, pero si lo que quieres es quemar calorías extra entre las sábanas, Williams recomienda incorporar algunas posiciones de yoga , en especial aquellas que involucren los flexores de la cadera; también se recomienda concentrar la energía y la atención en el bajo vientre (tanto hombres como mujeres) lo que, además de favorecer la circulación sanguínea a una zona donde definitivamente necesitas sangre durante el sexo, fortalecerá tu abdomen e incluso lo hará parecer más plano.
Como cualquier forma de ejercicio físico, el sexo se verá favorecido por una alimentación sana. Higos, ostras, apio, cilantro, blueberries, cacahuates (maní), plátanos, ajos e incluso el chocolate pueden favorecer el vigor sexual (pero existen alimentos que pueden cambiar negativamente el sabor del semen, así que cuidado.)