El Viajero Part 1. Inconsciente Colectivo

Inimaginables escenarios, hermosos paisajes y confort de primera calidad, aunque el viaje es cansado y el clima variable, sin duda el mejor viaje que pude emprender. ¿Dónde? Recorrí todos y cada uno de los continentes y países, pero no esos que conoces, estos son lo mejor y lo peor que pude conocer.

Pedes

Como primer punto llegué a Pedes, no saben lo increíblemente suave que es ese lugar 5 pequeñas y montañas te dan la bienvenida, en cuanto llegas es inevitable querer besar estas montañas, acariciarlas, respirarlas, la emoción se agita y los nervios se hacen presentes, la excitación de haber llegado a ese punto es máxima, pero aguardas apenas es el primer día y la noche anuncia su llegada.

Recuestas la cabeza en la primera y más gorda montaña, la penumbra de la noche es inmensa, es como quedarse ciego completamente, trataba con desespero ver mi mano, pero no obtuve éxito. ¿Miedo? Sí, lo que siento no es frío es miedo, miedo a lo desconocido, me aferro a la montaña prometiéndome que al amanecer todo estará bien, de cualquier forma mientras narro esto, el tiempo ya paso.

Como la promesa más pura e inquebrantable el día llego, es hermoso ver el sol desde aquí, espero algún día tengan el valor y el coraje de realizarlo, de atreverse. La sonrisa en inminente y por muy fuerte que me carcajeo, nadie reclama. Recorrer este primer continente es rápido, por ahora tengo que decirlo, el mejor de mi vida…

Crus

No tuve que caminar tanto para llegar acá a Crus, hago una breve pausa para un pequeño refrigerio. El camino es totalmente liso, con un aroma único, sonrío como tonto y en más de una ocasión, miro al sur y parece que el camino es largo. De este continente seguro aprenderé mucho, trataré de tomar lo más que pueda, pretendo examinar a detalle cada micro espacio, cada uno.

No hay muchas vueltas que dar, es muy largo el camino y la noche está por caer lamento no encontrar una montañas como las anteriores a las cuales aferrarme como en el continente pasado.  Apenas unas rocas duras y chasqueantes, si, hacen un ruido muy particular, al menos eso me mantendrá consolado cuando la negrura se haga presente.

En está ocasión le gano al sol, me apresuro en guardar mis cosas, me intriga saber que hay más allá, al parecer llegue a la mitad del camino, cuando te encuentras en este punto alcanzas apreciar aquellas montañas que te dan la bienvenida, ahora lucen pequeñas, pero en verdad que hermoso lugar, perfecto, único, ideal. Después del tradicional bocadillo parto enseguida. El panorama no cambia en nada, solo se hace ligeramente más ancho y suave, pero de ahí en fuera, igual. No pretendo decir que no lo esté disfrutando, por el contario es tan agradable que hasta pienso en poner mi hogar aquí, pese a la negrura intimidante de la noche, vale la pena vivir aquí, vivir para siempre, me tomo el tiempo que parece jugar a mi favor, pues me permite ver todo, desde lo más pequeño hasta lo inmenso. Sin prisas, sin estrés. Estoy por llegar al final de este continente, por lo cual decido acampar aún estando el atardecer, la vista es hermosa, ya sé, ya lo dije pero en verdad, imaginen un cielo entre rosa y amarillo, el sol a todo lo que da sin caer en lo molesto, no quema y no calienta, te mantienes tibio del calor que emana el suelo, es como si pudieses nadar en él, sin agua, dentro del terciopelo que es, lo confieso, lo hice y es algo que tienen que hacer, si deciden emprender el viaje.

Graudium

En este día el sol me despertó, estando en pleno apogeo me indica que mi sueño fue placentero, de otra manera no me hubiera despertado tan tarde, me alisto cuando antes.

Por fin llego a Graudium apenas cruce la línea divisoria del continente, ¡vaya tormenta! que me cayó, corro sin vislumbrar los caminos por los que me encuentro, llego a lo que parece una cueva, en completo silencio mis pensamientos parecen tener eco. A pesar del oscuro y boscoso lugar es confortable, más que los otros, las paredes húmedas son tan cálidas, es hermoso y aquí es donde corrijo… Este es el punto más hermoso en el que he estado, en vida.

No puedo describir lo satisfactorio que es el lugar, las palabras me son insuficientes, no quiero irme de aquí, creo que aquí es donde pondré mi hogar, si mi hogar…

He dormido no se cuantos días, y es que la comodidad de este lugar es especial, he salido a que me de un poco el sol, corro entre los arbustos, los abrazo cual niño abraza a su madre, con esa ternura pero con una pasión insaciable, es lo que despierta en mí, ese lugar, pasión, infinita pasión, nunca me habían visto besar a una pared y es que nadie lo hace, excepto aquí. Por mucho que desee quedarme aquí tengo que emprender el viaje, terminarlo. Al salir de ese continente me sentía exhausto, apenas unos pasos y tuve que dormir, ese fue un día entero de cómoda siesta. Al despertar me sentía rejuvenecido, como cuando corres tanto y justo cuando no puedes más, sigues, después te das una ducha con agua caliente y te arropas para ir a la cama, esa sensación de descanso absoluto es como me siento, un poco tembloroso pero con una inmensa sonrisa.

                                                          Continuará         ………………..